“Soy un hombre libre, necesito la
libertad, necesito estar solo,
necesito rumiar entre mí todas
mis vergüenzas y mis tristezas
necesito gozar del sol y de las
piedras de la calle,
sin compañía y sin palabras, cara
a cara conmigo mismo con
la sola música de mi corazón ¿Qué queréis de mí?
Lo que quiero decir lo imprimo, lo que quiero dar lo doy
Vuestra curiosidad me empalaga,
vuestros cumplidos me humillan,
vuestro té me envenena. No debo nada a nadie
y tendría que ajustar cuentas
solamente con Dios si existiese”
Giovanni Papini en “Un Hombre
Acabado”.
Estimados
hermanos, he elegido un concepto transversal a nuestra existencia para
desbastarlo. Se trata de la contrición, una palabra que recordamos todos
aquellos que hemos pasado por la Iglesia Católica, cuando en catecismo se nos
instruyó a realizar lo que se denomina “acto de contrición” en la mencionada
religión, cuyo clímax se alcanza cuando se brindaban unos golpes de pecho, acto
que lograba arrancar lágrimas de algunas
almas atormentadas. La oración dice así:
“Yo
confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he
pecado
mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa.
Por
eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y
a
ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén”.
Sin
embargo, nunca llegamos a comprender más el significado de confesar
involuntariamente y ante la presencia de todos los vecinos y familiares nuestra
situación pecadora. Tal acto mecánico vacunó a más de alguna conciencia con una
pobre formación filosófica y le abrió las puertas de la doble moral,
convirtiéndolo en fementido e hipócrita.
Sin
embargo, el trasfondo es sumamente importante para el Apr:. de Mas:., quien
debe de aprender a salir de su estado de imperfección debido a los múltiples
vicios que se adquieren durante nuestro tránsito mortal, que aunados al
auténtico pecado original, que es la ignorancia.
La
palabra contrición, proviene del latín “contetere”,
que significa triturar, reducir a pequeños trozos. Es definida por el Concilio
de Trento[1]
como “el dolor del alma y la detestación de los pecados. Como sinónimos se
señalan los términos remordimiento, arrepentimiento, compunción y atrición.
Esta última es imperfecta, ya que solamente permite ver lo malo de actuar mal y
temer el castigo. Se señala que debe ser
individual, universal, soberana y sobrenatural[2].
Giovanni Papini ilustra magistralmente la atrición en el epígrafe de este
Traz:.
La relación entre nuestra Mon:.
del Gr:. y el término, que pudiera parecer incluso antimasónico la explico en
la Figura 1, en donde resulta lógico el proceso de transformación al interior del
iniciado, que sucede durante el interrogatorio, la elaboración del testamento y
los viajes simbólicos durantppe la iniciación.
Figura 1. Relación entre la Mon:.
del Gr:. y el concepto de Contrición.
Fuente:
Elaboración propia, basado en la concepción etimológica y la Mon:. del Gr:. de
Apr:. Mas:.
Asimismo
es de destacarse que una de las principales acusaciones que se hace a la Mas:.
en cuanto a pervertir los principios doctrinarios católicos es la de que la
Mas:. predica una doctrina anticristiana en la que no resulta necesaria la
contrición para rescatar nuestra alma. En nuestra institución, está rescatada
por el hecho de habernos quitado la venda de los ojos, recibido la luz y no
haberla perdido de vista jamás, comportándonos y cultivándonos como verdaderos
iniciados. La penitencia se vive en la medida en la cual un Q:. H:. busca
reparar el daño, lo consigue y lo anticipa en lo sucesivo. Purgar la pena en
vida y cuanto antes es a lo que nos impele la Mas:., lo cual se detalla muy
minuciosa y acertadamente en los manuales de los paramasónicos Alcohólicos
Anónimos.
Nadie está seguro de su propia
contrición, salvo que seamos conscientes plenamente y tengamos presente en todo
momento el dolor del tiempo perdido, el daño causado y los recursos
desperdiciados en nuestros erráticos pasos profanos, sobre lo que debe
motivarnos y sobreponernos el sentido de lograr una vida en la que detestemos
sin final a los vicios, cavándoles pozos sin fondo, a la vez que rellenándolos
con la sólida argamasa de nuestras virtudes para cimentar nuestro sublime
propósito, que es la elevación del Gran
Templo Interior, en donde reine la armonía colectiva entre iniciados que
reconocen y alimentan entre todos su poder personal, sin buscar prevalecer y
desarrollando todos sus más nobles potencialidades.
Or:. de Morelia, Michoacán, a 28 de julio de 2012, E:. V:.
Frat:.
MDP
¡Es Cuanto!
1 comentario:
VIVA CRISTO REY!!!!
VIVA CRISTO REY!!!!
VIVAAAA CRISTOOOO REYYYY!!!!
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