jueves, 31 de diciembre de 2009

domingo, 15 de noviembre de 2009

La Dignidad

Me quiebro, pero no me doblo.
Melchor Ocampo

La palabra dignidad proviene del latín “dignatas-atis” que puede traducirse como excelencia o realce. También se dice que proviene de “dignus”, que se puede entender como valor, realeza, o jerarquía.

La dignidad, entonces, implica que exista una tendencia hacia ser mejor. Cuando hay perfecciones en sí mismo, cuando hay cualidades del ser, lo cual nos hace buenos, existe la dignidad en nosotros.

Cuando por adaptarnos permitimos la pérdida de la dignidad, en franco mercantilismo de la misma, de inasertividad, de una malentendida intolerancia, indulgencia o incluso estulticia, nos habituamos tanto a la explotación y al abuso que nos alienamos, en palabras de Marx, de la realidad en la que viven.

Lograr establecer conciencia de tal manipulación es un trabajo arduo que debe realizar el aprendiz masón, ya que cuando somos inasertivos, nos acostumbramos tanto a las injusticias de los otros que ya no sentimos malestar e inclusive podemos percibir los abusos como normales. El Síndrome de Estocolmo en primera persona.

Por ende, hay que demostrar en el mundo profano, en nuestro entorno familiar, la gran importancia de saberse tratados con dignidad, y tratar a los demás de la misma manera.

Encontrar la dignidad personal es materia del grado de Aprendiz, esa dignidad que ha sido expoliada secularmente, en donde innumerables arbitrariedades se han dado en este tenor, pero que nosotros debemos de desbastar adecuadamente.

Una propuesta para entender de dicha manera la mónita del grado entonces puede desglosarse así:

Generación y no Creación. Virilidad (VIRTUD) como causa de la generación (A ESTUDIARSE DESPUÈS)
Los trabajos tienen por objeto sembrar la duda filosófica en el espíritu (CONCIENCIA) del iniciado, haciéndole tocar con el dedo (HUMILDAD) la esclavitud (INCONGRUENCIA, HUMILLACIÓN) en que ha vivido, despertando en su corazón el sentimiento de su propia DIGNIDAD, e impulsándolo al estudio de la verdad( VERDAD GNOSTICA) , libre de preocupaciones (PAZ).
Recordemos siempre que el empleo o utilización de las virtudes propias o ajenas, estriba el tratamiento digno que se les brinda a los demás seres y cosas. Vista así, la pérdida de la dignidad consiste en la utilización de algo/alguien para un fin determinado por una utilización incongruente de sí mismo, voluntaria o involuntaria. O por imposición de alguna finalidad, ya sea desconocida o conocida, en perverso trueque moral.

Así, hemos llegado a la conclusión de que la dignidad se olvida mediante el ejercicio de la incongruencia.

Entonces, etimológicamente, la pérdida de nuestros activos más fuertes (virtudes), que ocurre cuando dilapidamos nuestras oportunidades de emplearlos adecuadamente (congruencia) nos lleva a perder nuestra excelencia o realce propio (dignidad), ante nosotros mismos (conciencia) y ante los demás.

En línea con lo anterior, hay quien dice que “la dignidad es lo último que se pierde”. En efecto, se requiere perder todo lo demás para quedar sin dignidad alguna: valores, virtudes, congruencia, conciencia, etc.

En la masonería, en el R:.E:.A:. y A:., desde el Gr:. de Apr:. existen los dignatarios (las tres luces) quienes deben de ostentar una dignidad basada en la suma de lo anterior. Flaco favor hace a la Or:., aquél que se sienta entronizado y es incapaz de sustentar la dignidad que per se conlleva tal acto, siendo que sus actos Pprof:. y Mmas:. no avalan tal característica.

Asimismo, en el mundo profano, el poder que confiere el género, la edad, un título universitario, el status económico, político, religioso, no debe confundirse con dignidad indiscriminadamente.

Hay casos incluso dentro de la masonería donde algún anciano se erige como un tirano solazándose en esa confusión que permea los ánimos de los QQ:.H:., quienes presas de inasertividad resuelven darle la razón a la “dignidad” senil –porque así se los enseñaron desde niños- a cambio de pisotear sus juramentos y de permitir atrocidades inaceptables en su casa o familia.

Recordemos que el respeto a la dignidad de las personas es el límite del poder. Es por eso que desde esta premisa, es importante conocer qué es la dignidad humana.

No olvidemos que la dignidad toma tiempo recobrarse . Y respetarnos mutuamente mantiene a cubierto la dignidad de los interlocutores. Esperemos que esa asertividad tan necesaria para el ejercicio adecuado de la dignidad se desarrolle en nosotros con la premura que lo exigen nuestros tiempos y condiciones.

Or:. de___, noviembre de 2009, E:.V:.

Frat:.

Masón de Pants,

Es Cuanto

martes, 3 de noviembre de 2009

La Humildad



La Humildad


Si me das humildad, no me quites la dignidad
Mathama Gandhi

La humildad es una virtud que en aras de ser justa, no se contempla a sí misma, por que hacerlo así dejaría de serla: su falta de perspectiva le brinda grandeza. Es una grata acompañante, fiel y pasajera que al menor indicio desaparece. Tal y como ocurre con la inspiración, una vez dilapidada, pocas veces se le encuentra de nueva cuenta en nuestra existencia. Poseerla es lograr fundirnos con nuestra obra magna, lograr vivir en el aquí y en el ahora nuestra misión trascendente para esta existencia, incluso por encima de nuestro propio orgullo. Es saber reconocer que en el devenir de nuestra vida, tenemos que ceder nuestro protagonismo o interés egóico en aras de concluir nuestra misión, para el progreso del género humano.

La palabra proviene del latin “humilitas”, humillarse, que a su vez se desprende de “humus”, tierra, que evoca nuestro origen planetario. La generosa Gaia, como buena madre, brinda al ser humano todo lo necesario para desarrollarse en amplia perspectiva, a la vez que lo reintegra a su seno, perdiéndolo en el anonimato de un sepulcro.

Es de un carácter firmemente terrestre el tener los pies bien puestos sobre el piso, con la convicción que brindan nuestras acciones y la estatura que nos permite nuestra conciencia tranquila, asumiremos con poseer tal virtud, la rectitud de nuestro caminar por el sendero.

Aunque durante el diario laborar pudiéramos caminar como en ballet, encorvarnos o prosternarnos a conveniencia, con el tiempo y la evolución acumulada nuestra firmeza de voluntad, ponderarnos en nuestra justa dimensión nos vuelve congruentes, de una sola pieza.

Es preciso aclarar que volverse tierra no es arrodillarse. Eso jamás será bien visto por la masonería, ni para ser ordenado caballero y recibir algún honor profano, masónico o religioso. Es denotar una falsa humildad en aras de obtener un beneficio que llenará de poder y orgullo al recipiendario, a cambio de fingir volverse tierra colocando una rodilla en el piso.

En este tenor humillarse lo concibo como volverse tierra cuando es preciso reconocer la necesidad de fundirse con las opiniones de los demás y reconocer que somos parte de la especie humana con sus virtudes y defectos. Visto así, en ese determinado contexto, nuestra opinión es tan valiosa como la de los demás y no es necesario hacerla prevalecer por encima de la de los demás.

Asimismo, es una actitud propia de la persona que no presume de sus logros, reconoce sus fracasos y debilidades y actúa sin orgullo. A la vez, cuando esta virtud se introyecta, nos permite observar la distancia que nos separa del resto de las virtudes y cobrar conciencia de lo necesario que es poseerlas. Nos sitúa en el centro de nuestro ser, en el aquí y ahora y nos permite oponernos frontalmente a la soberbia, que en ocasiones se disfraza de humildad. Es entonces, una virtud transversal, porque afecta a la generosidad, a la dignidad, la valentía, a la justicia, y como la justicia es el puente entre las columnas del saber y la intuición, es necesaria para elevar nuestra conciencia.

En la literatura masónica, a la humildad la conceptualizan como el respeto a la opinión de otro y a la desconfianza de la propia en los casos de duda, la obediencia a la ley que la mayoría establece y el empeño en cumplir los deberes que cada uno tiene en el gran taller de la asociación humana, para que los demás nos consientan el uso de nuestros derechos.

La consideran el esfuerzo más puro e indispensable para inculcar al ciudadano, porque nacemos con el sentimiento de gozar y de elevarnos a la altura en que se hallan los más poderosos, y sedientos de gloria y bienandanza, embriagados en la juventud por el exceso de savia que corre por nuestras venas, sea cual fuere el punto de la escala social en que nos encontramos, al tender la vista alrededor no encontramos ningún puesto vacio, y nos sublevamos contra la asociación y los que nos obstruyen el camino, y si nuestros padres o maestros no nos enseñan a vencernos, a sacar el mejor partido de nuestra condición, sublimándola con la honradez, el estudio y el trabajo, el odio a la superioridad que existe se une al odio a la igualdad que nos nivela y los principios grandiosos de Libertad y Fraternidad son para nosotros palabras huecas, sombras de desconocidos fantasmas. Entonces la justicia es el abuso de la fuerza y la moral un comercio; así extraviada la conciencia es legítimo utilizar cualquier fin para lograr lo propuesto.

Recordemos siempre que los más humildes y temerosos de la ley, por esa condición de congruencia, son los más valientes contra sus enemigos y sufrirían mil privaciones antes de verse vituperados. Los menos humildes son capaces de perder la dignidad por saciar sus ambiciones a-costa de lo que sea.

En cambio, un hombre digno y modesto que sabe dominar sus pasiones y ceder a la voluntad de los otros en lo que no manche su honra ni la de sus hermanos, es aquel que merece llamarse humilde. Pero si se confunde ser humilde con ahogar en nuestro corazón nuestras legítimas aspiraciones y nos supone una obediencia pasiva, postrada, esperando misericordia, es entonces un vicio que destruye la dignidad del hombre.

Mis queridos hermanos, los invito y exhorto a que en nuestro diario accionar, manifestemos nuestro conocimiento y dominio acerca de esta hermosa virtud permitiendo que nuestra humildad se manifieste como el silencio de nuestros deseos, en armonía con una estentórea sinfonía de nuestra conciencia transformada ante el mundo exterior y ante nosotros mismos, quienes debemos ser los jueces más ubicuos y asertivos de nuestras acciones.

sábado, 17 de octubre de 2009

Construyendo Nuestro Templo Interior


La Masonería Simbólica ha fundamentado su labor pedagógica secularmente a través de los símbolos, y, a partir de aquellos que físicamente adornan el Templo, promueve el estudio y la acción transformadora de nosotros, mediante su colosal obra inmaterial, axiológica y espiritual. Los símbolos que ornamentan este templo, son motivo de la indagación intelectual de sus adeptos, desde el momento en que se nos confiere el privilegio de la Iniciación, siendo conducidos al estudio de la significación esotérica y exotérica de aquello que se presenta ante nuestros ojos: las herramientas de cada grado, el ara, el libro, el pavimento de mosaico, las columnas, la cadena, la bóveda celestial, las luces de los sitiales, etc.

Todos ellos nos sugieren un conjunto de posibilidades, que estimulan al estudio, a la reflexión, y a la más intensa vivencia espiritual. Miles de horas, miles de páginas, han dedicado los masones en cada generación, para escudriñar las alternativas y variables de interpretación, que proponen los distintos componentes del Templo. Ello ha implicado desde el principio de lo tiempos el cumplimiento del axioma que enuncia que a mayor conocimiento, mayor responsabilidad. No en vano, en su parábola de los talentos, Jesús el Cristo se expresaba en sentido de que quien ha servido bien en lo pequeño, accederá a que se le otorgue algo mayor. Todo el conocimiento recibido durante tanto tiempo por los miembros de esta primera cámara conlleva una responsabilidad adicional.

Es en ese tenor que en el mundo profano se echa de ver la acción clara, pronta y expedita de ese grupo de constructores y profesionales libres que viajaban por el mundo elaborando obras que el resto de la humanidad no podía realizar. Es este, en el arribo de la tercera revolución industrial, el momento de ingresar de manera decidida a la realización de obras magnas que verán nuestros descendientes y disfrutarán, en concordia, de los frutos de sus hermanos predecesores que buscaron a toda costa el progreso del género humano.

Es entonces cuando surge la pregunta: ¿De qué depende la realización de obras que en verdad modifiquen la estructura de una logia de hombres libres y de buenas costumbres en sentido que permita su crecimiento a plenitud y conlleve un aprovechamiento adecuado y democrático de los bienes comunes que todos ponemos a disposición de la voluntad del G:.A:.D:.U:.?

En función de la respuesta a tal interrogante encontraremos diferentes posturas, pero a menos de que en definitiva se esté buscando trascendencia en un lugar donde no se le obtendrá, se deberá realizar, acorde con los tiempos, una visión que permita transformar al mundo. Los masones debemos de construir pensamientos provocadores de visiones de una realidad transformada, a menos que queramos conformarnos con asistir a efectuar rituales y no eslabonar la cadena el resto del tiempo que existimos,

Paralelamente, el desarrollo masónico es cuestión de asociatividad, de conciencia, de interés en trabajar en bien de la humanidad, y de los que nos rodean en particular. La naturaleza, al ser hombres nos tiene ganada la guerra, es en virtud de tal situación que nuestros ancestros comenzaron a asociarse, para preservar la especie. Hoy, con nuestras necesidades básicas resueltas, la humanidad está muy lejos de haber dominado a la naturaleza. Por tal motivo, disgregarnos sería un grave error. Es necesario más que nunca, en este entorno entrópico y complejo, buscar mecanismos de interacción que nos permitan colaborar de manera más organizada entre nosotros en la búsqueda de alcanzar nuestros sublimes y ancestrales ideales. Nuestra supervivencia y bienestar nunca ha sido un problema nuevo, ha existido siempre pero nunca se ha tratado de otra manera.

Es necesario romper con paradigmas oscurantistas y verticalistas, retornando a la esencia de la labor coordinada entre nosotros, funcionando de manera integral y holística a la vez, erradicando los cotos de poder y buscando generar en verdad, un taller masónico del cual surjan productos palpables ante los ojos de los profanos, como aquella luz que alguna vez impregnó la antorcha de Prometeo.

Es necesario preocuparnos por hacer crecer nuestro nivel de organización, y retomar el trabajo individual en el sentido de que a medida que nuestros pasos en los senderos espirituales llegan a cierto punto en el camino de la evolución se nos otorgan nuevos recursos para acelerar su crecimiento y conciencia. En ese punto, de manera individual y pensando en grupo como una sola célula, cada quien tiene que confiar seriamente en sus sentimientos y corazón el elevar su capacidad individual para disolver las causas invisibles de limitación, mala salud, discordia o cualquier cosa en este mundo que sea inferior a lo que está alguien destinado a obtener.

Sin embargo, con este poder y comprensión del uso de lo aprendido en esta logia, viene una responsabilidad adicional: la de que el aprendiz o la logia en pleno estemos siempre alertas y no permitamos que ningún visitante inferior a la perfección se asiente en nuestra conciencia. Dondequiera que ésta se vea confrontada con resentimiento, crítica, odio o acusaciones falsas, hay que disolver la apariencia de inmediato, mediante la contemplación de la esencia divina dentro del individuo ofensor, y con ello sus sentimientos permanecerán armoniosos y estará en comando de todas las actividades que tienen lugar en sí, a través suyo y a su alrededor.

Es con este poder interno, como grupo unido que podremos afrontar los problemas que plantea la vida diaria, y poder levantar el rostro del camino diario para poder esbozar los templos que se elevaran entre las miasmas de nuestros vicios e imperfecciones.

Finalmente, QQ:.HH:. todos, esperemos que todos nosotros, en tal sendero y en esta ceremonia llena de luz, estemos siempre conscientes de los esfuerzos de los amados hermanos en cuanto a servir, cada uno a su manera; y cuando alguno de nosotros brinde sus más sinceros y desinteresados trabajos en beneficio del bienestar futuro de nuestra bienamada Logia, nadie camine solo, y que sea sostenido con nuestra conciencia grupal y sea bendecido por todos nosotros en esta Ara en que nos iniciamos.

Or:. de Morelia, Michoacán, a 17 de octubre de 2009, E:.V:.

Frat:.
Masón de Pants.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Algunas Reflexiones sobre la Mónita de algún Gr:..


¿Cuándo podré alegrarme, Señor mío,
mirando la venganza que, escondida,
hace dulce el secreto de tu ira?
Dante Alighieri: “La Divina Comedia”

Esta inquietante referencia aparece en la Divina Comedia, en donde en sentido figurado aparece la acción ejecutoria y guardiana de la verdad gnóstica, quienes se convierten en brazo ejecutor de la venganza divina, vista como una acción punitiva que sucede al caos, reestableciendo el orden por el caos.

La verdad gnóstica, de acuerdo con la mónita del grado, puede ser definida como una verdad que radica en el entendimiento (es el conocimiento el que se adecua o no a la cosa), debemos o también puede ser llamada verdad objetiva en cuanto a la objetividad del conocimiento. Su opuesto es la falsedad, que no requiere intencionalidad, puede ser involuntaria.

Entonces así, se entiende que se señale como premisa obrar amando y odiando a todo trance; respetando y despreciando sin límites. Conocer la verdad mediante el entendimiento de manera clara nos permite separar lo sutil de lo denso, con tal maestría que pueda polarizarse nuestro corazón sin dudas o ambigüedades.

Para alcanzar el status, es preciso actuar con la claridad de conciencia necesaria para poder diferenciar claramente lo que se debe amar de lo que se debe odiar. Para tales efectos, se debe trabajar fuertemente en la conformación de una moral robusta. Respetar lo sagrado, sublime e inocente y desdramatizar y desmitificar lo aparente, irreal e ilusorio.
Y así, el iniciado enfoca sus esfuerzos hacia el análisis de que los trabajos tienen por objeto: demostrar que la humanidad está aun infestada por el error, el cual ha evidenciado la enseñanza masónica, revelando las verdades gnósticas;

Es decir, que la sociedad humana sigue en tinieblas, lo cual es señalado al recipiendario desde la iniciación masónica. Para tales efectos debemos de salir al mundo exterior, porque a estas alturas ya hemos renacido de las aguas, para destruir por todas partes ese error, sustituyéndolo con la verdad, gnóstica que nos señala la mónita, y llenando ese deber por todos los medios posibles; y por consecuencia, que todos masones están obligados a combatir, por cuantos medios estén a su alcance, para asegurarse a sí mismos y para asegurar a todos los demás hombres la libertad política y religiosa, sin las cuales es absolutamente imposible llegar a alcanzar un grado elevado en la civilización humana.

Visto así, y señalado por la mónita secreta del grado, es el masón encargado de poner en práctica la verdad gnóstica, enseñada por la filosofía masónica.

En este contextohe de decirles que de pequeño me dijeron que la masonería era una escuela de hombres libres y de buenas costumbres. Cuando fui iniciado masón, me di cuenta que la literatura masónica estaba repleta de bellos paisajes de la historia de la humanidad. Las persecuciones, se entendían en dicho contexto. Nunca me imaginé que fuera plausible vivir una en primera persona, en nuestra augusta institución. En pleno Siglo XXI y en una entidad que se ha caracterizado por ser cuna de preclaros liberales.

Con la convicción y el orgullo que me brinda pertenecer a este taller y sin más preámbulo, manifiesto que requerimos una auténtica libertad incubada desde el seno de nuestra masonería, la que hacemos los autoproclamados hombres libres de esta entidad para que nunca más vuelva a ocurrir un atropello enquistado en nuestras logias. Que nunca más un hombre libre se vuelva a ver perseguido por sedicentes fraternos. Ni un paso atrás en la conquista de los derechos del hombre y la evolución de nuestra augusta institución.

En caso contrario, y aunque nos obliguen a beber la cicuta, que siempre esté presente uno de nosotros para denunciar las injusticias y los atropellos del maridaje del poder y del fanatismo y sinrazón, que aunque los ideales del Rito Escocés Antiguo y Aceptado están por encima de toda debilidad humana o secularidad coyuntural, debemos hacer nuestro esfuerzo individual por demostrar contundentemente y sobre todo, congruentemente, que al pisar una tiara, estamos dispuestos en verdad a luchar con nuestro cuerpo, mente y espíritu por ver realizada nuestra fe masónica.



_______, septiembre de 2009, E:.V:.


Frat:.,

_________________________
MasondePants
¡Es Cuanto!

sábado, 12 de septiembre de 2009

La Congruencia.

La palabra congruencia proviene del latin congruens, que es traducida como conveniencia u oportunidad. Curiosamente, congruentia, más aproximada a nuestra palabra en castellano, es plural, y se traduciría o interpretaría como oportunidades.

Existen diferentes definiciones de congruencia. En Derecho, en donde el proceso debe de ser dirigido en todo momento hacia dónde fue formulada la acusación, y existir correspondencia entre la sentencia y la acusación. En geometría, implica la semejanza entre objetos.

En términos de congruencia humana, hay quien dice que la congruencia en un ser humano es el acuerdo existente entre las metas que una persona se plantea y las que están siendo alcanzadas. Ser auténticos, decir lo que se piensa y actuarlo en la misma línea. Ser uno mismo, tener una sola cara, etc.

Bajo mi criterio, me quedo con una definición elaborada a través de la concepción etimológica del término, en donde al término congruencia lo interpreto como la alineación de la suma de oportunidades y fortalezas que aparecen en los diferentes planos de nuestro ser, para la realización de nuestros genuinos objetivos de desarrollo personal.

En abono a ello, puedo decir que podemos alinear nuestra fuerza, nuestra astucia, nuestra inteligencia, pero cuando algo no pasa el tamiz de nuestra conciencia, jamás podremos realizar tal acción y conseguir la anhelada congruencia. Si es que somos capaces de anhelarla en esos momentos. Considero que cuando no tenemos todo nuestro ser volcado hacia alcanzar un objetivo, no es plausible siquiera desearlo con la vehemencia suficiente como para en nuestro interior desear ser capaces de ser congruentes y apelar a todo el poder del que somos capaces para conseguir lo que nos proponemos.

Es entonces que apagar nuestra conciencia nos sitúa en una posición reactiva, la cual difícilmente podremos superar si no nos apegamos a sus dictados. Es entonces, una virtud que es resultado de una conciencia evolucionada, para lo cual debemos de buscar alcanzar tal nivel de la misma, que nos permita ser conscientes de nuestra incongruencia y de la necesidad de ser más conscientes.

Entonces seremos capaces de desarrollar un principio de congruencia entre nuestros deseos, pensamientos, emociones, acciones, palabras, recuerdos, sueños y demás.

Asimismo, recordemos que congruencia, etimológicamente también es conveniencia. Es conveniente ser congruente, para poder maximizar nuestros recursos y dirigir nuestra energía hacia una misma dirección, sin divagar o esforzarnos por caminos equivocados.

Esa conveniencia que nos arroja a virtudes como la eficacia, la discreción, el ser útiles a la utilidad, nos es plausible cuando efectuamos las cosas en comunión entre nuestros centros de energía, alineados hacia una sola finalidad.

Hay quien la considera una sensación, un estado de bienestar interno bajo el cual sentimos que obramos bien, que un maestro secreto nos conduce por el camino del trabajo productivo, y nuestro ego se ve rebasado y anulado por la magnitud de nuestra obra.

Entonces es que se aparece ante nosotros un objetivo, una visión por alcanzarse, por la cual hay que esforzarse con todo nuestro ser para lograrla. Una sensación de que se está transitando por el camino de la trascendencia. En esos momentos, la nobleza de nuestras intenciones entonces fluye mágicamente; las sinergias aparecen como manos que nos acarician e impulsan a seguir adelante. Tal pareciera que un insondable espíritu de vida se apoderase de nosotros y conminase a la naturaleza y a la sociedad a facilitarnos el camino de la trascendencia.

Recapitulando, es congruente o no se es. Suena maníqueo, pero debe de poseerla aquel buscador de la verdad, o al menos conocerla conceptualmente, para poder desear poseerla, de lo contrario, quizás sea mejor ni siquiera citarla y habremos trabajado en vano.


Pensando en ese sentido, caer en la incongruencia es poner en movilización todos nuestros guerreros internos y convertir nuestro ser en un campo de batalla en donde los antagonismos nos impedirán alcanzar nuestros objetivos y ser felices.

Ser incongruentes es sabotearnos diariamente a nosotros mismos. En la masonería, es jurar muchas máximas que jamás serán verdaderas en nuestra vida. Que jamás testimoniaremos con nuestro ejemplo, para los demás y para nosotros mismos. Estaremos convirtiéndonos en cuadros negros, que impedirán la reflexión de la luz hacia los hermanos más jóvenes, el futuro de nuestras logias.

Visto hacia afuera, recordemos el concepto de que la congruencia es, en geometría, la propiedad de las figuras y cuerpos geométricos, que aunque estén girados, reflejados o trasladados, siguen siendo semejantes entre sí. Arte Real es la citada ciencia, que debería de permitir reconocernos en el mundo profano y en nuestros trabajos. Vislumbro el mundo profano como un lugar de encuentro en donde vistos desde la distancia, sea fácilmente reconocible un querido hermano –émulo de un triangulo, por ejemplo- y discernible de un profano, por el mero principio de congruencia.

Finalizo recordando que lograr congruente es también ser auténtico, es ser uno mismo con espontaneidad y naturalidad. Es mostrarse a los demás sin pretensiones ni defensas. Congruencia significa correspondencia entre lo que un masón piensa, siente y hace. La congruencia incluye ser uno mismo, aun en formas que no son consideradas como las mejores o ideales en psicoterapia, sino como todos los elementos de nuestro ser, entre nosotros los masones, como nuestra conciencia masónica nos lo dicta. Entonces, los sentimientos y pulsiones con libertad, se pueden examinar e integrar en la experiencia de cada individuo.

Mis queridos hermanos, tenemos que ser congruentes, tenemos que ser eso, y más, porque solo juntos construiremos una logia de ganadores y ganadores para nuestra logia, y habremos de aprovechar de esta manera, nuestra congruencia masónica en beneficio de nuestra integralidad como seres.

Or:. de ___, a 12 de septiembre de 2009, E:.V:.

Frat:.


Masón de Pants

¡Es Cuanto!

miércoles, 5 de agosto de 2009

Para definir el alcance de nuestra iniciación.

“Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad, llevas en ti el resorte misterioso de un Ideal. Es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones. Custódiala: si la dejas apagar no se reenciende jamás”

José Ingenieros.
“El Hombre Mediocre”



En todos los aspectos de nuestra vida, una vez que nos damos cuenta de que si repetimos las mismas acciones, continuaremos obteniendo los mismos resultados, y hacemos conciencia de que queremos superarnos, tendremos que definir hasta dónde queremos llegar con lo que hacemos. Todos estamos dispuestos a conseguir ciertas cosas en la vida.

Cuando se convierte en un juego de suma cero, es decir, en el momento en el cual tenemos que sacrificar algunas actividades para realizar otras, es cuando nos preguntamos: ¿vale la pena? Y comenzamos a imaginar que tanto tenemos que realizar para lograr alcanzar determinados objetivos.

Nuestra vida cuando la analizamos así, es un tablero de ajedrez en el cual se dibujan docenas de planes; algunos más atractivos que otros, unos prometen ganancia material, otros dominio, subordinación, demostrar brillantez, algunos otros, simplemente llegar a la meta deseada. Saber cuál es el plan verdadero que nos lleva a la victoria es el arte que domina el buen jugador del ajedrez.

De la misma manera, cuando vamos a la logia, tenida tras tenida, debemos de considerar una serie de cuestiones para poder darnos cuenta de hasta dónde queremos llegar con nuestra carrera masónica. Asimismo, considero que deberíamos de orientar a los profanos que desean ingresar a conocer nuestros augustos misterios, para que tengan bien claras respuestas para preguntas como las siguientes:

¿Hemos definido el alcance que tendrá para nuestras vidas ese acto que estamos emprendiendo?

¿Sabemos si los trabajos que realizamos están efectivamente consagrados a la gloria del Gran Arquitecto del Universo?

¿Qué impacto tendrá ello en nuestros trabajos?

¿Estaremos presentes verdaderamente en logia, en trabajos? ¿Somos partícipes de ellos?
En el mundo profano, ¿le brindamos la misma seriedad que nos es requerida por los sublimes juramentos al consagrarnos al trabajo masónico al trabajo profano y viceversa?

Con respuestas a esas y muchas otras preguntas, considero que usaremos efectivamente el albedrío que tenemos, de darle el alcance que querramos a nuestra iniciación y hasta qué punto adquirimos los compromisos. Esto se reflejará en nuestra vida y con los resultados que obtengamos de tales acciones.
En contraparte, para evadir tal análisis, es fácil escudarnos en una ceremonia mal realizada, en que hubo burlas, en que fue penosa, en que al ser descubiertos nuestros ojos, el templo no era tan fastuoso como lo esperábamos. Para analizar esto deberíamos de considerar algunos factores como los siguientes:

· En un proceso iniciático debe de asumirse servicio del proceso iniciático hacia alguna causa congruente con nuestros principios, en el entendido de que si ingresamos, hemos propiciado el proceso de iniciación por la manifestación de nuestra voluntad.

· Debe de haber claridad de los recursos que tenemos a nuestra disposición para poder emplearlos para alcanzar efectivamente los objetivos que se plantearon al iniciarnos.

· Deberemos de tomar en cuenta que inmediatamente los alcances se verán ensombrecidos por la falta de recursos, por la mera procrastinación, por la poca voluntad, por una mala salud física y mental, por influencias externas, etc.

Esto no está fuera del alcance de las personas promedio. Hace días platicaba con el hombre más opulento de Michoacán, y él mencionaba una lectura que realizó, la cual me di a la tarea de verificar: un investigador denominado John R. Hayes descubrió analizando las biografías de escritores famosos -aunque después hizo extensivo su estudio a otras áreas del conocimiento- que nadie alcanza un éxito contundente en algún área de interés sin haber dedicado al menos diez años de trabajo intenso para tal efecto, incluso tratándose de individuos particularmente dotados para alguna determinada labor.
Por ejemplo a Mozart, a pesar de ser un niño prodigio, lo cual manifestó desde los 4 años, le tomó 13 años lograr conseguir realizar obras de trascendencia mundial.

Incluso determinó que los individuos particularmente creativos tienen un coeficiente intelectual que oscila entre 120 y 177. Si bien son cifras elevadas, son alcanzables por cualquier ser humano que se dedique a cultivar su inteligencia con esmero y constancia.

Otra de las conclusiones que obtuvo Hayes es que los individuos creativos tienen verdadera devoción por su trabajo. Asimismo, muestran independencia de pensamiento y de acción, particularmente expresada en la manera en que fijan sus agendas. Se sienten solamente satisfechos solamente con soluciones originales y que satisfagan sus propios niveles de excelencia, Asimismo, su flexibilidad está relacionada con el rendimiento creativo que manifiestan.

Considero que todas ellas, son cualidades perfectamente congruentes y cultivables con el plan de trabajo que nos brinda el primer grado de la masonería del R:.E:.A:. y A:. Por supuesto, previamente tenemos que lograr ponernos a cubierto completamente para poder definir claramente qué es lo que queremos hacer de nuestra vida masónica, conformando con ello de manera más consolidada nuestra propia identidad.

El resultado, lograr ser congruentes de pensamiento, palabra, sentimientos y acción. Pasando de solamente hablar, imaginar, sentir o actuar a ser lo que hacemos, catalizando con ello nuestro sendero evolutivo y teniendo efectivamente, nuevas competencias para enfrentar los retos de la vida diaria.

Vosotros tenéis la última palabra…

Or:. de Morelia, Michoacán de Ocampo, a 05 de agosto de 2009, E:.V:.

Frat:.

Masón de Pants
¡Es Cuanto!

lunes, 13 de julio de 2009

Aproximaciones hacia una Iniciación Efectiva

“El símbolo es el algoritmo de lo irracional como la ecuación lo es de lo racional”
Luis Racionero




Se dice que cuando ingresamos a una sociedad iniciática, conformada por hombres que buscan la superación individual y colectiva a través de las acciones emprendidas en conjunto, actuando desde lo individual para conseguir cambios globales, ingresamos una vez se lleva a cabo una ceremonia especial, vivencial y experiencialmente significativa, que entraña una esperanza del surgimiento de un proceso de transformación en el recipiendario. A este ritual se le denomina con un alcance prácticamente universal “iniciación”.

Sin embargo, una nube de preguntas se desprenden de tal planteamiento, las cuales deberíamos de ser capaces de responder todos los autodenominados iniciados, para poder ser reconocidos como tales por la comunidad iniciática internacional a la que decimos pertenecer y poder demostrar la adquisición de competencias tales que nos permitan definir:

I. ¿Qué es la iniciación? Que el masón sea capaz de elaborar una definición propia de iniciación.
II. ¿Qué se espera de quien la vive? Qué esperan la humanidad, la sociedad iniciática a la que pertenece, su familia y amigos y sí mismo de quien se somete a dicho proceso.
III. ¿Qué obtiene el grupo al que se ingresa? Qué es lo que recibe una sociedad iniciática cuando inicia profanos.
IV. ¿Qué condiciones debe poseer el recipiendario? Cuáles son las características que reúne un profano para poder ser iniciado en esta sociedad iniciática en particular, con deseabilidad de que logre conocer qué es lo que se requiere en otras sociedades iniciáticas en particular.
V. ¿Cómo fue elegido para recibir tal ceremonia? Que sepa claramente cómo es que fue particularmente elegido para ser iniciado y cuáles son las características que posee que lo hacen diferente del resto de sus amigos y compañeros profanos.
VI. ¿En qué mejora/empeora mi vida? es decir, ¿cuáles son los pros y los contras de recibir una iniciación? Ser capaz de definir en qué mejoró y en qué empeoró su vida a partir de ser iniciado. Cuál es el costo de ser masón y qué recibe a cambio.
VII. Una vez que la recibo, ¿ya soy un iniciado? Ser capaz de discernir entre la ceremonia simbólica, la parafernalia vestida, la puntualidad, asistencia y ortodoxia ritualística y el trabajo interior a desarrollar.
VIII. ¿Los juramentos que hicimos son significativos en mi vida y la de los demás iniciados? Ser capaces de poder identificar mediante su propio criterio en qué medida se cumplen los juramentos en sí mismo y en los demás, reconociendo tanto a los hombres de buena fe y perseverantes como a los traidores y perjuros por sus frutos.
IX. ¿El cambio es perenne? Ser capaces de darnos cuenta del hecho de que la transformación humana alcanzada por el proceso de iniciación se sostiene para siempre, o se puede revertir.
X. ¿Puedo confiar en cualquier persona que se diga iniciado? Que un masón sea capaz de discernir en qué términos se puede confiar en un iniciado y en cuáles no. Que sepa cómo distinguir a un verdadero iniciado de un fementido, farsante, diletante o advenedizo.

Estas y muchas otras preguntas se pueden responder si logramos definir qué propósito busca una iniciación adecuada y darnos cuenta de qué es lo que se busca en una iniciación. Para ello primero debemos definir el término iniciación. De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se tiene que:


iniciación.
(Del lat. initiatĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de iniciar o iniciarse.

Y revisando el verbo iniciar se tiene que:

iniciar.
(Del lat. initiāre).
1. tr. comenzar (‖ dar principio a algo). Iniciar la marcha, la sesión.
2. tr. Introducir o instruir a alguien en la práctica de un culto o en las reglas de una sociedad, especialmente si se considera secreta o misteriosa. Lo iniciaron en aquel culto ancestral. U. t. c. prnl.
3. tr. Proporcionar a alguien los primeros conocimientos o experiencias sobre algo. Su mentora lo inició en el arte desde muy pequeño. U. t. c. prnl.
4. prnl. Dar comienzo. Fue allí donde se inició el incendio.

Paralelamente, de acuerdo con fuentes de índole esotérica, se encuentran diferentes posturas, como las siguientes:

Es el acto de ser admitido en una sociedad y también de admitir sus postulados.

Es la esencia de la transformación espiritual, física y mental individual; implica la transición de un plano de conciencia y desarrollo a otro.

Es el momento en que un sujeto comienza a desenvolverse y aprender, dentro de una doctrina filosófica y espiritual.

Consiste en la superación de la condición humana y en la realización de los estados superiores del ser: cosa imposible con los meros medios del individuo.

Desde mi perspectiva, la definición de iniciación suele ser muy poco concreta, llena de palabrería que suele inundar la literatura masónica, en la cual encontramos cada vez menos respuestas y solamente ambigüedades. Por ello, considero sustantivo el hecho de que la iniciación sea capaz de conseguir los efectos que se proponen. Algunas características que he decidido analizar son eficiencia y efectividad, las cuales define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española como sigue:eficiencia.(Del lat. efficientĭa).
1. f. Capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado.
En este aspecto, al buscar con google el concepto “Iniciación eficiente” se encuentran pocos enlaces, relacionados todos con cuestiones comerciales técnicas, como el iniciar eficientemente reacciones químicas o la emisión de rayos laser. Las evidencias apuntan a que no está en uso. La definición de efectividad, en cambio, arroja lo siguiente:
efectivo, va. (Del lat. effectīvus).
1. adj. Real y verdadero, en oposición a quimérico, dudoso o nominal.
2. adj. eficaz.
3. adj. Dicho de un empleo o de un cargo: Que está en plantilla, en contraposición al interino o supernumerario o al honorífico.
4. adj. Dicho del dinero: En monedas o billetes.
5. m. numerario (‖ moneda acuñada).
6. m. Número de hombres que tiene una unidad militar, en contraposición con la plantilla que le corresponde.
7. m. pl. Totalidad de las fuerzas militares o similares que se hallan bajo un solo mando o reciben una misión conjunta.
8. m. pl. Conjunto de personas que integran la plantilla de un taller, de una oficina, de una empresa, etc.

Cuando coloqué “iniciación efectiva” en el Google, obtuve 2,150 resultados, las cuales revisé en su totalidad, encontrándome con que el término es empleado ampliamente para la supervisión de proyectos materiales, en particular aquellos relativos a ingeniería civil e infraestructura. Esto me aporta la certidumbre de que la humanidad conoce bien lo que implica el conocer en tiempo y forma en qué momento los compromisos o contratos, tangibles o intangibles, logran ponerse en marcha.

Asimismo, aparece reiteradamente tal concepto usado por René Guenón, en diversos ensayos y libros de su autoría. Sin embargo, parece que desde que el citado autor lo conceptualizó, no ha habido mayor desbaste del mismo. Desde mi perspectiva radica en la efectividad del proceso de la iniciación, la capacidad de todos los actores involucrados en el mismo, de poder evaluar sus resultados y realimentarlos para obtener los resultados deseados. O en su caso, abandonar el proceso y encauzar los recursos hacia otras actividades más productivas.

De acuerdo con Ralph M. Lewis, fundador de AMORC, los elementos de la iniciación, por lo que respecta al individuo, son:
(a) Acudir a la introspección, la función de analizarse honradamente a sí mismo y a su propia vida, y llegar a una conclusión acerca de nuestras necesidades e insuficiencias, ya fueran estas espirituales, morales o intelectuales.
(b) Engendrar dentro del individuo la aspiración de alcanzar el ideal, que según sus ideas, pueda vencer las deficiencias que hemos observado en nuestra propia naturaleza.
(c) Obtener del individuo compromisos sagrados, una promesa formal, que él hará a sí mismo o que tratará de realizar sus aspiraciones, a pesar de cualesquiera sacrificios que deba hacer”.
Siguiendo al mismo autor, la estructura de todas las verdaderas ceremonias iniciáticas consiste de cuatro elementos.
separación.
admisión.
exhibición.
reingreso.
Según David Thorp, el proceso de iniciación dentro de la iglesia católica implica tres partes, a saber:
· Preparación
· Presentación
· Preservación
De acuerdo con lo anterior, y analizando la falta de consensos respecto al proceso de iniciación, es que a manera de conclusión de esta etapa del desbaste del presente trabajo, realizo más preguntas:

I. ¿Para quién? ¿Quiénes son los beneficiados?
II. ¿Con qué recursos contamos?
III. ¿Cuál es el alcance que daremos a esta obra?
IV. ¿En qué planos lo haremos?
V. ¿Conocemos cuáles son los escalones y obstáculos del sendero a transitar?
VI. ¿Hemos definido los denominados agregados psicológicos, egos, o defectos de nuestra personalidad que tenemos que atacar y disolver?
VII. ¿Podemos solos? Necesitamos ayuda?
VIII. ¿Existe verdaderamente en este proceso la divinidad? ¿Qué rol juega?
IX. ¿Cómo vamos logrando darnos cuenta de lo que necesitamos realizar y de nuestro avance?
X. ¿Es necesario elaborar un plan de vida para tal efecto?
XI. ¿Qué es un plan de vida, qué lleva y como mejorarlo?
XII. ¿somos capaces de asimilar el conocimiento que hemos adquirir y aplicarlo en nuestra cotidianeidad?
XIII. ¿Cuáles son los textos de apoyo para iniciarnos efectivamente?
XIV. ¿Cuáles son nuestras necesidades de formación?

En suma, considero que un trabajo de esta índole debería de tener más respuestas y menos preguntas. Sin embargo, es con lo que cuento por ahora y espero haber propiciado la reflexión en cada uno de los lectores y escuchas de este esbozo, con plena fe en que se haya dado un avance al respecto con la elaboración de este trazado.

Bibliografía.
1. www.rae.es
2. http://www.iccrs.org/marabr96.htm#iniciacion
3. http://www.siervoscas.com/A%20La%20vision%20comun%20en%20un%20grupo%20de%20oracion.htm
4. http://asesoriasgerenciales.com/index.php?option=com_content&view=article&id=6:guias&catid=1:articulos&Itemid=6
5. http://www.iccrs.org/junioag95.htm
6. http://www.childhelplineinternational.org/assets/cms/File/PDF/child%20helpline%20manuals/Good%20Governance_ES.pdf
7. http://www.geocities.com/montrodon/iniciacion.htm
8. http://luzalbita.multiply.com/journal/item/312/312
9. http://granbiblioteca.blogspot.com/2007/04/la-iniciacion-su-importancia.html
10. http://www.efdeportes.com/efd111/iniciacion-deportiva-en-el-judo.htm
11. http://www.dalailama-lausanne2009.ch/ESP_Iniciacion.htm
12. http://www.senderoespiritual.com/¿es-posible-la-iniciacion-personal/
13. http://www.losarcanos.com/esoterico.php?n=Iniciaci%F3n
14. http://www.kronos.org/bitacora/01-h/2285Domingo9-1-HEdicionTarde.txt
15. http://foro.ekiria.net/index.php?topic=4336.msg52434
16. http://www.rosacruz.net/revista_agartha.htm
17. http://www.libreopinion.com/members/treus_fest/el_nacimiento_del_avatara.htm
18. http://www.estudiostradicionales.com/articulos/sobre%20dos%20libros%20de%20Denys%20Roman.htm
19. http://laplata.blogcindario.com/2005/01/00005-masoneria-operativa-y-especulativa-en-el-siglo-xxi.html
20. http://www.glrbv.org.ve/obras%20literarias%20y%20otros%20trabajos%20de%20interes%20masonico/Lo%20Especulativo,%20Operativo%20y%20Corporativo%20de%20la%20Masoneria.htm
21. http://elmason.blogspot.com/2006_04_23_archive.html
22. http://eruizf.com/masonico/masonico45.html
23. http://www.geocities.com/symbolos/s13guen3.html
24. http://www.logia-masonica-fraternidad62.com/trabajosMasonicosArchiveArticle.php?id=33
25. http://logiavitriol.com/tradherme.htm
26. http://www.harmonia126.org/docs/001.htm
27. http://www.scribd.com/doc/6937114/GUERREROS-SIN-FLECHAS
28. http://www.esonet.org/public/Biblioteca/(Ebook%20-%20Studi%20Tradizionali%20-%20ESP)%20-%20Guénon,%20René%20-%20Símbolos%20Fundamentales%20de%20la%20Ciencia%20Sagrada.pdf
29. http://www.cibeles.org/Biblioteca/ReneGuenon/SimbolosFundamentalesdelaCienciaSagrada.pdf
30. http://elmason.blogspot.com/2006/04/la-logia-del-aprendiz.html
31. http://masoneria-regular.blogspot.com/
32. http://www.initium.org.ar/initium411.html
33. http://www.fraternidadrosacruzmadrid.com/libros/LAS%20BODAS%20ALQUIMICAS%20DE%20CHRISTIAN%20ROSENKREUTZ.pdf
34. http://www.geocities.com/tallermasonico/inicia.htm
35. www.geocities.com/Athens/Atrium/.../noti34b.htm
36. http://www.4shared.com/account/file/1579870/5328f1c5/hurtado_amando_-_por_que_soy_mason_pdf.html
Or:. de Morelia, Michoacán de Ocampo, a 08 de julio de 2009, E:.V:.

Frat:.

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miércoles, 1 de julio de 2009

Un blog interesante para analizar...

www.masoneria-mi-experiencia.blogspot.com

El autor de este blog hace un análisis muy crítico acerca de la masonería contemporánea. Vale la pena analizar sus puntos de vista desapasionadamente. No apto para masones light ni titubeantes.

domingo, 7 de junio de 2009

Mis Valores

Es difícil de todos los valores que existen o que pueden llegar a definirse como tales, escoger a los principales para darle sustento a mi plan de vida. De todos los valores morales que vinieron a mi mente, escogí a los siguientes.

 

Ø  Justicia. Dar y recibir de cada quien lo que se merece. Mi derecho y el de los demás. Dios y mi Derecho.

Ø  Amor. Fuerza divina que mueve al cosmos entero. Vibrar en comunión con la fuerza creadora.

Ø  La Buena Fe. Confiar en los demás, actuar con la voluntad expansiva de una certeza del progreso del género humano con mis acciones.

 

Mi Misión.

 


Para definirla, vale la pena revisar su etimología, que viene del verbo latino clásico mittere que significa enviar, mover, remover, dar vueltas, enviar, mandar, encargar. Con esto, podemos inferir que nuestra misión en la vida depende de lo que determinemos realizar, con base en nuestros alcances y posibilidades. Hay que tener en cuenta siempre que debemos de darle un sentido a nuestra vida, con base en nuestras posibilidades y tomando en cuenta la máxima de que no podemos construir lo que no existe en nuestra mente.

Dentro de las opciones para darle un sentido a mi vida, considero como esenciales las siguientes líneas:

 

1)      Construir un entorno de felicidad, bienestar y plenitud en mi microcosmos con base en mi progreso individual.

2)      Desarrollar plenamente mis talentos y capacidades, mi voluntad, educarme moralmente para lograr maximizar mi capacidad de acción sobre mi entorno para modificarlo productivamente.

3)      Formar a mis hijos y consolidarlos como seres humanos productivos, talentosos, armoniosos y felices, en el sendero que su vocación, albedrío y el G:.A:.D:.U:.  los coloque.

4)      Colaborar con el progreso  y evolución del género humano.

5)      Dejar mis vicios e imperfecciones y colaborar con la misión de mis amigos, hermanos y el género humano en general.

 

Frat:.

Or:. de...., a  9 de abril de 2008, E:.V:.

 

 

_________________________________

       Masón de Pants

¡Es Cuanto!

jueves, 21 de mayo de 2009

Algunas Reflexiones sobre la Procrastinación de los Compromisos Iniciáticos

"La Masonería insta a sus iniciados a  fraternizar con todos los hombres, a asistir a todos aquellos que sean desgraciados, y a posponer alegremente sus propios intereses por los de la Orden".[1]

V:.M:.

QQ:.HH:. Ttod:.

De los recursos que dispone el ser humano para contribuir a la Gran Obra, el tiempo es quizás el más valioso de todos.

 Ser iniciado implica sin duda, aprovechar el tiempo  más efectivamente que antes de haberse sometido voluntariamente a una ceremonia de tal trascendencia. A partir del citado momento, el proceso de expansión de la conciencia debe originar una actitud más proactiva y orientada a resultados en el recipiendario, dada la significativa prueba de experimentar la profunda sensación de que ha vivido toda su vida en penumbras. Ello implica  que el recipiendario se preparará para ser más apto física, sensible, moral  e intelectualmente  para conseguir lo que se propone en la vida. Ello le conlleva existir aquí y ahora, situado en la realidad y consciente de las fortalezas y debilidades propias, de los recursos a su alcance y de las limitaciones que impone -más no determina-  el entorno.

 Sin embargo, en una iniciación, son tantos los compromisos que se adquieren tras decenas o cientos de palabras que se repiten al unísono durante los juramentos, que muchas veces ni siquiera nos imaginamos la magnitud de lo que repetimos, muchas veces mecánicamente o con nuestra voluntad minada. Al no estudiar los compromisos que hemos adquirido, al ejercer lo inmediato y olvidar lo trascendente dejamos de considerar que hay cuestiones que van más allá de nuestra propia vida a las cuales nos comprometemos.  Entonces, es fácil abandonarlos al olvido.

 Bien ya decía Keynes que “en el largo plazo, todos estaremos muertos”. Visto así, el sendero plagado de buenas intenciones que comienza con la iniciación -tal como acontece con el respirar para un neonato-, al empezar con los compromisos pospuestos, nace muerto. Para muestra, muchas de las sublimes ceremonias son culminadas con una tenida de masticación en donde se da rienda suelta a determinadas pasiones, de acuerdo al criterio de cada uno de los presentes.

 Todos postergamos realizar determinadas tareas, es un hecho. La propia naturaleza lo impone. El hombre, desde que existe como especie, pospone, por simple necesidad de supervivencia. Primero hay que resolver lo más urgente para darle paso a lo trascendente, en donde nuestros valores y experiencias nos guían para discernir y priorizar.

 Lo que es cierto es que cuando abandonamos nuestros compromisos, cada día nos volvemos más indolentes al respecto. Algunos, con el paso del tiempo, entre más juramentos realizamos, conforme asistimos a tenida tras tenida y no dejamos fluir el proceso de iniciación en nosotros mismos, mejor nos vacunamos para evitar una transformación verdadera en nuestra conducta, tangible en hechos concretos.

 ¿Acaso dejar de procrastinar implica ostentar con fanfarronería el pomposo título de aprendiz de masón, constructor del Gran Templo por encargo directo del GADU:.? 

¡Claro que no! ser constructor, aunque no llenará de grabados y colores nuestros arreos, si permitirá que nos reconozcan como tal; y esto es más sencillo de lo que se lee, incluso como se menciona en consignas disfrazadas de oraciones y frases plagadas de buena voluntad y poca intencionalidad, con sincrética y autoimpuesta herencia secular, que pululan en alguna literatura masónica.

 Ello implica confrontarnos con preguntas como las siguientes, realizadas con todo respeto:

  Ø  ¿Hasta cuándo seguiremos siendo presa de nuestras pasiones, ambiciones y demás?

 

Ø  ¿Hasta cuándo seguiremos siendo una triste sombra de lo que imaginamos  ser y merecer?

 

Ø  ¿Cuántos venimos a estos talleres con la esperanza secreta de poder vender algo a un Q:.H:., de obtener un favor o una prebenda tan solo por decirnos “hermanos”?

 Ø  ¿Cuántos ambicionamos grados, medallas, títulos pomposos, vestimentas doradas y llamativas y un templo masónico que lleve nuestro nombre?

Ø  ¿Cuántos nos escondemos bajo la sábana de la fraternidad para enmascarar nuestras intenciones?

 Ante tal panorama introspectivo, es conveniente recordar que en cada uno de nosotros radica un Maestro interior que nos guía al discernir y nos aleja de las malas acciones. Por ello es que debemos de ser perseverantes en desarrollar su implementación, y debemos tener fe en nosotros mismos así como en la bondad inherente al género humano al respecto.

 Un indicador de la existencia de procrastinación de nuestros compromisos iniciáticos es el no tener proyectos auténticos en nuestra vida que reflejen claramente nuestras metas ni darles el adecuado seguimiento, ni indicadores de cumplimiento.

 En contraparte, la gratificación inmediata es más motivante que los premios que están distribuidos o son asequibles en el largo plazo. La zona de confort se sitúa en el vivir entre sueños, penumbras y vendas en los ojos, que debería haber quedado atrás cuando se decidió tomar el compromiso de ser auténticamente humano. 

Si se logra controlar y programar el momento en el cual seremos recompensados nos convertimos en más eficientes en nuestra vida diaria y eliminaremos el stress, la impulsividad, ansiedad, el temor a fallar, a cometer errores, a que simple y llanamente, el mandil nos quede  demasiado holgado.

 El tema de la procrastinación está matizado por diferentes tendencias, ya que hay quien lo hace de manera preventiva, ya que la evasión del riesgo es su primera motivación. Asimismo hay quien es indeciso, quien ante la incapacidad de elegir, posterga, a pesar de los altos costos que ello muchas veces implica. Hay a quien le gusta la adrenalina, aquel que siente un nivel alto de emoción al hacer todo en el último momento, estando 100% concentrado en  ese instante y disolviendo su ego en  ello durante esos momentos, habiendo algún subtipo que menciona constantemente que lo hubiera hecho mejor aun si hubiera empezado antes, curándose en salud. Existe también quien deliberadamente tiene su agenda plenamente planeada para dedicar tiempo a actividades más placenteras.

 Visto así, el extremo es cuando la procrastinación es crónica, que aparece donde el masón está esencialmente funcionando en piloto automático, sin poder tomar decisiones al respecto por una serie de factores que lo alienan de sus responsabilidades trascendentales con el G:.A:.D:.U:., la humanidad, su familia y consigo mismo.

 El proceso se puede resumir en una figura como la siguiente:


 Ante la falta de compromisos cumplidos, los cuestionamientos y el proceso mostrado anteriormente, ¿qué hay que hacer?, ¿qué actitud hay que asumir? 

Hay que aprender a programarnos efectivamente, a poner fecha, hora y lugar, recursos a implementar, y alcances a nuestros proyectos si es que deseamos evitar procrastinar, y cumplir lo planteado. Expresar nuestras intenciones de implementación de nuestros sueños, recordando que son mejores  las fechas límite tempranas que las largas, porque se obtienen mejores resultados, ya que podemos dar seguimiento y existe menos riesgo en cada posibilidad de aplazamiento innecesario. 

Sin más titubeos, simplemente hay que comenzar, ya que la percepción de la actividad cambiará con el proceso, hasta incluso disfrutarla. Paralelamente, hay que determinar la razón del instinto por retrasar, hasta lograr alcanzar la motricidad necesaria para hacer el trabajo y arriesgarse a la imperfección, y si no se obtuvieron los resultados previstos, hay que realimentar las observaciones y llevar a buen puerto nuestros esfuerzos más valiosos.

 En el proemio de este Traz:., Albert Pike nos pide que pospongamos nuestros proyectos personales con tal de alcanzar los de la Orden. Sin embargo considero que lo mejor es primero lograr establecer congruencia entre nuestra fe masónica con nuestros proyectos profanos y convertirnos en masones de una sola pieza. Ahora sí, ya la frase de Pike opera: efectivamente, si en un caso determinado, nuestros proyectos son poco congruentes con nuestros valores personales, nuestra dignidad personal y por ende con nuestra condición de masones, bien vale la pena hacerle caso en tal situación al introito de este Traz:. y dejarlos simplemente al olvido.

 En todo lo dicho anteriormente está implícito el abandonar los compromisos adquiridos por una serie de razones que podemos hallar mediante el autoanálisis, la introspección y la búsqueda interior. Sin embargo, es importante adquirir disciplina y responsabilidad para alcanzar  

 Falta en este escenario, darnos cuenta de que es imposible mantenernos de esta manera. El camino es incesante y en ello estamos. Esperemos no haber procrastinado demasiado ya, y que lo que dejamos pendiente en el mundo profano para asistir esta noche, no haya quedado postergado en vano.

 Or:. de _____, a 19 de mayo de 2009, E:.V:.


Frat:.



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[1]   Pike, Albert, Las Enseñanzas de la Masonería,  versión digital consultada en : http://www.scribd.com/doc/8505688/Pike-Albert-las-ensenanzas-de-la-masoneria

 

El Sol a Occidente.

Es  más que sabido que todos los días el sol parte hacia occidente, hecho cotidiano en este sistema solar. Con su carrera nos marca desde el momento de nuestra concepción, el nacimiento y prácticamente todos los hechos significativos de nuestra vida están influidos por la posición del astro rey en el firmamento.

Asimismo, en la logia de aprendiz, se terminan los trabajos a la media noche, cuando el sol ha partido y es hora de descansar. La falta de iluminación nos predispone a descansar, faltos de la energía que nos transmite la claridad que nos brinda.

En nuestra R:.L:.S:.  se sobreviene la  partida de quien alegóricamente lo representa, lo cual aparte de ser un hecho inusitado, nos debe mover a la reflexión, al análisis y al replanteamiento de nuestra responsabilidad individual, a reafirmar nuestra identidad logial y a buscar con mayor determinación el logro de los objetivos.

Por una parte, en tercera persona, no se puede sino admirar la determinación de nuestro Venerable Maestro para abandonar su zona de confort y aventurarse hacia lo desconocido en lo académico, laboral, en aprendizaje, en lo familiar, etcétera.

Dirán que así es la vida, es expansión. Pero, ¿cuántos lo asumimos así? ¿A cuántos nos da miedo trabajar, luchar por  avanzar en nuestro sendero al  emprender el viaje sin retorno atravesando la puerta de los hombres?

En ocasiones para intimidarnos basta con dar un paso fuera de nuestra casa, basta con un silencio, un olvido o un desprecio.

En ello estriba la comprensión del cuán doloroso puede ser cuando logramos asumir lo definitorio de la ausencia de alguien. El vacío que deja en las instituciones, en los corazones de sus amigos y de quien lo conocemos, es insondable.

A partir de hoy, habrá  que redoblar esfuerzos en ser ejemplo para los que vienen. Hoy, los aprendices deberán de sumarse al trabajo con actitud de compañeros, y los maestros, de dignatarios, con actitud de poder presidir los trabajos y ocupar con prestancia los sitiales vacantes.

Los sacos de proposiciones deberán estar pletóricos de trabajos y trazados, testimonios de que se está buscando instruirse para lograr el conocimiento que antes arribaba sin esfuerzo, habrá que ponerse a plomo todos para no dejar caer a la logia en la Asamblea de octubre, y pueda tener voz y voto.

Así, a brazo partido se logrará consolidar esta logia si todos nos comprometemos más a hacer un poco de lo que nos hemos acostumbrado a hacer. Hay sillas vacías que claman por que ingresen profanos a ocuparlas, pero sin instrucción, sin trabajo y competencia franca y sana entre los hermanos del mismo grado, no se podrá llenar el espacio. Estamos muy bien respecto a otras logias, tracemos nuevos horizontes.

Y de nuestro V:.M:., compañero leal en este camino, amigo en toda la extensión de la palabra cuando ha sido preciso demostrarlo, puedo decirles que las puertas de la masonería estaban hechas para que las franqueara como hasta ahora a nadie he visto cruzarlas, sin  oposición alguna. Varios de  los más férreos liberales de este Oriente estuvieron presentes en su iniciación y declinaron incluso entrevistarle. Quizá sin conocerlo más que en foto, lo reconocieron  como tal. De la misma manera,  su aumento de salario y exaltación fluyeron sin problema alguno.

Sin embargo, el parteaguas llega en la formación masónica, que es paralela a la de la vida. Encontramos sorprendentes coincidencias entre los ritmos de nuestra vida personal y la masónica, que en este caso se manifiestan. Se intuye un futuro próspero, pleno de experiencias significativas y vivificantes.

Me apena sobremanera no poder estar presente ahora, como en la recepción de todos tus grados que merecidamente has ganado. Habiendo sido favorecidos por el ritmo de trabajo que hemos mantenido bajo tu dinámica conducción,  otro exalumno aparte de mí, a quien le abriste las puertas de la masonería, leerá hoy estas palabras. Espero que este momento tan importante te brinde más deseos de progresar en tu carrera masónica y tu vida personal.  Por tus obras sé que volverás triunfante y podremos continuar haciendo masonería a brazo partido. Mientras tanto, no te olvides de compartir un poco de tu vida con tus QQ:.HH:. aunque medie la distancia.

Solo quisiera pedirte que te vayas tranquilo, que aquí tu pueblo que lo eligió y respaldó unánimemente durante estos 15 meses se queda en pie y al orden, dispuesto a preservar la pureza de un proyecto que no acaba con tu partida al occidente. Esperaremos con paciencia tu retorno como cada noche la naturaleza aguarda el retorno de la luz.

Gracias por tu ejemplo. Gracias por todo.

Or:. de ___, a 8 de octubre de 2008, E:.V:.

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