miércoles, 16 de julio de 2025

 

 

A.∙. L.∙. G.∙. D.∙. G.∙. A.∙. D.∙. U.∙.

R.∙. L.∙. S.∙.  “Melchor Ocampo 38” No. 17

Jurisd.∙.  a la M.∙. R.∙. G.∙. L.∙. M.∙.  “Lázaro Cárdenas” del R.∙.  E.∙.  A.∙.  y A.∙.

S.∙. F.∙. U.∙.

V.∙. M.∙.  

Vv.∙.  Hh.∙.  Pr.∙., Vig.∙.

Vv.∙.  Hh.∙.  Ppastm.∙.

Vv.∙. y Qq.∙. Hh.∙. Vvisit.∙.

Qq.∙. Hh.∙.  Ttod.∙.                 

El Poder de la Palabra.

“Es hablándonos y no matándonos como habremos de entendernos”

Melchor Ocampo

(1814 – 1861)

 

En la Mas.∙. del R.∙.E.∙.A.∙. y A.∙., en las Ppal.∙. reside una clave, una vibración y una fuerza. Decir es crear y callar también es una forma de acción.  En Michoacán, bajo la Jurisd.∙. de la M.∙.  R.∙.  G.∙.  L.∙.  M.∙.  “Lázaro Cárdenas” y, bajo la influencia del Supr.∙. Cons.∙. de México, la Pal.∙. sigue siendo considerada como una herramienta de trabajo moral, espiritual y social.

Desde el Pr.∙. Gr.∙., el Apr.∙. Mas.∙. es instruido en el arte de hablar con prudencia, de callar con sabiduría y de escuchar con humildad.

La iniciación Mas.∙. en el R.∙. E.∙. A.∙. y A.∙. comienza con un viaje simbólico del silencio hacia la Pal.∙. El Apr.∙. entra en Log.∙. con los ojos vendados, sin derecho aún a la voz, y sólo tras ser recibido puede pronunciar con sentido la Pr.∙. Pal.∙. ritual.

Al respecto, la Pal.∙. Sag.∙. es un símbolo al cual sólo el trabajo digno y perseverante permite aproximarse a su sentido. Esto constituye una directriz moral: la Pal.∙. no se posee, se merece y conforme uno se adentra en ella comprendemos por qué en ella reside la fuerza del Apr.∙.

 

La búsqueda de los sentidos últimos de la Pal.∙. Sagr.∙. constituye un propósito teleológico de la Inic.∙. misma, la cual forma parte del núcleo doctrinal del Esc.∙. Pensemos en la ignorancia en que nos encontramos al llegar a tocar a la puerta, como la pérdida del conocimiento originario, de la comunión con lo divino, de la unidad con la Verdad. El Apr.∙., por tanto, es un buscador de esa Pal.∙.

Es notable tomar en cuenta la inconmensurable valía de la Instr.∙. del silencio, ya que se nos comparte de múltiples formas que, no todo debe ser dicho, y menos por o para quien aún no ha aprendido a escuchar.

Esta fórmula, tiene como propósito preparar al Inic.∙. para un uso consciente, ético y transformador de la Pal.∙. En su estructura Simb.∙., el uso de la Pal.∙. puede estratificarse en cuatro pisos: el de la Pal.∙. de Pas.∙., el de la Pal.∙. Sagr.∙., el del uso de la Pal.∙. en Ttrab .∙. y el emplearla en el mundo Prof.∙., cuatro casos que generan un invaluable testimonio externo de una intención interna.

 

De la Pal.∙., en general, sabemos que, su sola pronunciación no es suficiente; es necesario comprenderla, encarnarla, actuarla.  Por su parte, la Pal.∙. Sagr.∙. no se entrega, sino se deletrea. La Pal.∙. Sagr.∙.  no debe pronunciarse nunca fuera del recinto ritual, y aun dentro de él, sólo en la forma debida y con los Qq.∙. Hh.∙. debidamente preparados. Esta regla de naturaleza esotérica y disciplinaria señala que la Pal.∙. es poder, y por tanto, debe administrarse con templanza.

En el Simb.∙. del Gr.∙. de Apr.∙. la Pal.∙. Sagr.∙. no se posee, ni ha recuperado aún; apenas es descriptiva: “en él la F.∙.”, lo que señala que, el Inic.∙. apenas comienza su búsqueda, pero que tiene las condiciones para lograrlo. En casos en los que se usa, la Pal.∙. de Pas.∙.  le permite el ingreso y la identificación, pero no le confiere aún sabiduría. En cambio, el uso de la Pal.∙. en Ttrab.∙. Aab.∙. sí le impone un deber: el de la moderación verbal.

 

Es muy importante cuidar nuestras Ppal.∙., porque ellas son puentes o muros; cuando estamos en cuadros blancos no hablemos sino para edificar; tu lengua será martillo si no es cincel. Cuando estemos en cuadros negros, cuidemos con suma meticulosidad usar las Ppal.∙. adecuadas para desbastar, para desfondar lo que no sirve, lo que es aparente, vacuo o simulador, lo que se ha herrumbrado y carece ahora de valor. La ética escocesa expresa con claridad que, la Pal.∙. no es propiedad del Mas.∙., sino préstamo que debe devolver al mundo con interés moral.

 

Hablar, en el contexto Mas.∙., no es simplemente emitir sonido. Es ejecutar una acción ritual. Por eso en el R.∙. E.∙. A.∙. A.∙. se insiste tanto en la comunicación como forma de trabajo Inic.∙., como una llave de abrir portales a la expansión de la conciencia a través de nuestra percepción.

Por ello, en la Lit.∙., Los diálogos entre los Ddig.∙. y Oof.∙., las preguntas al recipiendario, las lecturas de Instr.∙., las Ccad.∙. de Uu.∙. y lo que elevamos en ellas, los Jjur.∙. y, en general, Constituciones, Estatutos y Llit.∙. están cuidadosamente redactados y estructurados para que la Pal.∙. cree un espacio sagrado y, en él, sea lámpara votiva.

 

No hay improvisación: la Pal.∙. se cincela como una P.∙. B.∙. En este sentido, todo lo que el Mas.∙. diga, dentro o fuera de la Log.∙., debe reflejar la luz que ha recibido y, si es posible, crepitar por expandirla. La Pal.∙. pública del Mas.∙. —ya sea en su vida profesional, familiar, de pareja, empresarial, académica, en la función pública, mediática o en la acción cívica— debe distinguirse por su verdad, su mesura y su carácter constructivo.

En la Ley Penal Mas.∙. se considera falta grave la divulgación, deformación o profanación de las Ppal.∙. Ssag.∙. o de Pas.∙., a la par que reseñan decenas de faltas y delitos que se cometen mediante la Pal.∙. mal pronunciada. Estos principios jurídicos refuerzan con evidencias contundentes el carácter sagrado de la comunicación ritual, que no es meramente Simb.∙., sino también penal y espiritual. De ahí que, quien habla sin sabiduría traiciona la Gran Obra; lo cual constituye síntesis doctrinal del mal uso de la Pal.∙. en el Esc.∙.

Y la vida profana nos recuerda lo que pasa con sus consecuencias; aprendemos mediante empirismo lo que implica el uso imprudente, violento, agresivo, mentiroso, fementido, simulador, intrigante, sarcástico, victimista, relativizador, invalidante, patriarcal, misógino, abusivo, insultante y muchos otros atributos más de la Pal.∙. cuando vibramos bajo. Las consecuencias pueden ser terribles: ruptura de sociedades, amistades, Llog.∙., matrimonios, familias, equipos de trabajo, cuerpos académicos, encarcelamientos y hasta la muerte misma llega por una mala comunicación.

 

Ahora bien, más allá del ritual, la comunicación entre los Qq.∙. Hh.∙.  es también una forma de trabajo. Las Ppl.∙. de Aar.∙., las Tten.∙. de Iinstr.∙., las conferencias esotéricas, los debates filosóficos y las sesiones abiertas a la sociedad son manifestaciones vivas de una Pal.∙. que quiere ser luz.

En Michoacán, muchas veces hemos hecho del uso de la Pal.∙. Mas.∙. un servicio cívico: participando en foros y medios de comunicación, difundiendo principios éticos y defendiendo los derechos humanos desde una perspectiva iniciática. Esto no es proselitismo, sino intentar generar coherencia entre el Templ.∙. Int.∙.  y la acción exterior.

 

El Mas.∙., por tanto, recibe Ppal.∙. las honra,  protege y multiplica con prudencia, discreción, moderación y templanza, hasta convertirlas en acción. La  Pal.∙., cuando es sagrada, exige integridad; cuando es de pase, exige preparación; cuando es en Ttrab.∙. reclama Frat.∙. y cuando es pública, exige ejemplaridad. En un mundo donde la mentira es moneda corriente, donde la demagogia sustituye a la verdad y el ruido apaga la reflexión, el Mas.∙. Esc.∙. contemporáneo está llamado a ser guardián de una Pal.∙. Ant.∙.: la del Verbo que edifica amorosa y vehementemente, la del Jur .∙. comprometido que no traiciona, la de la Sab.∙. que no se simula, no abusa ni se vende.

 

Así como el aprendiz recibe la  Pal.∙. de Pas .∙. cuando así se estila entregarla, tal y como se le anuncia la existencia de la  Pal.∙. Sagr.∙., también recibe el silencio como método y la humildad como guía.

La Pal.∙. Mas.∙. no es para dominar, sino para servir. Para guiar con cariño, compromiso vocacionado y a la vez, una discreta firmeza marcial a los Qq.∙. Hh.∙. que necesiten luz y nosotros debemos de elevar la vibración que emitimos en ondas sonoras hasta alcanzar las del espectro lumínico, o al menos así debemos de aspirar: a hablar Luz.

 

Por eso, en nuestro Rit.∙. se insiste tanto en la vigilancia sobre el lenguaje: que no se emplee para herir, para dividir o para exhibir vanidad. La lengua del Mas.∙. debe ser como el compás: precisa, justa, contenida, dando a cada quién lo que necesita y lo que merece escuchar, con la mejor vibración posible. En tiempos de decadencia del lenguaje, donde la Pal.∙. se degrada en propaganda o violencia verbal, el R.∙. E.∙. A.∙. y A.∙. nos ofrece una ética de la expresión basada en el silencio, el símbolo y el servicio. La Mas.∙. en Michoacán, fiel a su tradición escocesa y sostenida en las enseñanzas ancestrales mantiene viva la promesa de que el mundo puede reconstruirse con Ppal.∙. que iluminen, que curen, que guíen.

 

Así, en cada Log.∙. que se reúna bajo la bóveda celeste del Simb.∙. Esc.∙., la Pal.∙. sigue siendo lo que fue en el principio: la chispa generadora del G.∙. A.∙. D.∙. U.∙., la señal del pacto, el eco del Temp.∙. Int.∙. Y si el Apr.∙. trabaja con sinceridad, si afila su lengua con el esmero del cincel, si mide su voz con la regla de 24” del orden y de la verdad, entonces un día —en el tiempo justo— será digno de encontrar la Pal.∙. Perd.∙., no en libros ni en labios ajenos, sino en la Pied.∙. viva de su propio corazón.

 

De todas estas reflexiones abrevamos para conducirnos en el mundo Prof.∙., dándonos cuenta de que, en buena medida, el uso de la Pal.∙. manifiesta nuestra condición de esclavitud en la que hemos vivido y que, en muchas ocasiones perdemos la dignidad por el mal uso de esta poderosa llave; pero que, ahora, renacidos en el Esc.∙., podemos dedicarnos al estudio de la Verdad, libres de preocupaciones.

Cuidemos el uso de la Pal.∙. y dimensionémosla, porque cuando la comprometemos, cuando peroramos, cuando la usamos indebidamente, incurrimos en responsabilidades, que nos llevan a un estado de incongruencia, por ser el Verbo la argamasa entre el pensar, el hacer, el habituarnos, acostumbrarnos, aspirar y construir nuestro destino. Comuniquémonos, que la Verdad nos hará libres.

 

Y, no olvidemos que, hasta el 25 de agosto de 2025, E.∙. V.∙. próximo, estaremos interpelados por la retrogradación de Mercurio.

FRAT.∙.

“Labor Omnia Vincit”

Or.∙.  de Morelia, a 16 de julio  de 2025,  E.∙. V.∙.

 

 

 

M.∙.  Mas.∙.  MDP
¡Es Cuanto!

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