Esta noche de júbilo y reflexión en la que cumplimos 104 años de la fundación de nuestra R.∙. L.∙. S.∙. “Melchor Ocampo 38” No. 17 nos reunimos para encender, con la luz del pasado, la lámpara votiva del porvenir. Hoy, nos corresponde meditar sobre los ciclos eternos de la historia humana
Sí, aunque se han ido por sus vicios e imperfecciones, por voluntad propia, por
menguar sus fuerzas o por haber sido llamados al Et .∙. Or .∙. , recordamos a
quienes nos antecedieron con gratitud activa; porque supieron plantar una
semilla en tierra convulsa y verla brotar en medio de tormentas.
Hoy, como en el Morelia
posrevolucionario de 1921, la historia no nos da tregua. Y, sin embargo, como constructores
conscientes de nuestros tiempos, no tememos a los nietzscheanos eternos
retornos, sino que los analizamos, los simbolizamos y los trascendemos.
Hoy llegamos a este momento
solemne, cuando la rueda del tiempo, ese gran maestro que revela verdades
ocultas nos completa 104 revoluciones desde que nuestra Respetable Logia
Simbólica Melchor Ocampo encendió por primera vez sus luces en esta tierra
michoacana. Así, este miércoles de Luna Nueva en Cáncer contemplamos en
fraternal comunión espiritual que, los desafíos del espíritu humano son
inmutables, aunque cambien sus máscaras.
En 1921, México apenas sanaba de
la Revolución. Los caudillos disputaban el país. En 2025, los liderazgos son
distintos pero el conflicto continúa: ahora con palabras huecas, polarización y
simulación.
Nuestro Rit.∙. nos recuerda que la verdadera autoridad no se
impone, ejemplariza. Que quien busca dominar no es digno de reinar. Que el
liderazgo del maestro está en poner la muestra, no en hacer estridencia.
Entonces como ahora, pocos tenían
mucho y muchos tenían nada. El campo michoacano estaba amortizado. Hoy agoniza
de otro modo: por el abandono, la violencia y la migración forzada, lleno de
minas explosivas, latifundios y en manos del narcotráfico. En contraste, aprendemos
que la justicia Mas .∙. no es sólo filosófica, sino concreta,
operativa, vivible. Que el mandil nos compromete a intervenir hasta que el
campo vuelva a prodigar sus frutos para todos.,
En 1921, miles morían de hambre y
enfermedades curables. En 2025, mueren de miserias también curables; a manos de
perversos flagelos viejos con nombres nuevos: marginación, burocracia, olvido,
corrupción, violencias, explotación, desesperanza, depresión, ansiedad, locura
y suicidio. La Lit .∙.
nos exhorta a perfeccionar la P .∙.
B .∙. y a combatir el
egoísmo con obras silenciosas, así como a derrocar las tiranías.
Cuando nuestra R.∙. L.∙.
S.∙. “Melchor Ocampo 38” No. 17 nació,
la educación era privilegio. 90 por ciento de los mexicanos eran analfabetas y
justo se fundaba la SEP. Hoy, la escolaridad básica es obligatoria, pero el
derecho a aprender sigue siendo negado con el discurso doblepensante del
régimen que nos humilla con la inaccesibilidad de los verdaderos frutos de una
buena educación.
El ideal es alto: la escuadra y
el compás nos recuerdan que sólo educando se traza la Gran Obra, se materializa
la Jerusalén Celeste. Sin pensamiento crítico, no hay libertad. Sin libertad,
no hay masonería.
La posrevolución trajo bandidaje,
rapiña y parasitismo. Hoy tenemos crimen organizado. Antes eran rifles; ahora
son drones, cárteles, colusiones. En Log .∙.
aprendemos que, la espada flamígera no es venganza, sino discernimiento.
Que el deber del masón es iluminar, construir y pacificar donde otros huyen en
medio de la sangre.
En 1921, aunque teníamos una
Constitución flamante, la ley era papel mojado. En 2025, también. La diferencia
está en la sofisticación de la impunidad: cientos de reformas para incurrir en
gatopardismo y someter a la democracia a un estado catatónico, capturando la
soberanía que reside en la ciudadanía.
Y, sin embargo, lo oculto siempre
será revelado. Nada permanece en la oscuridad para siempre. La justicia
verdadera nace desde el escocismo y nosotros exhibimos la hipocresía, la
ambición y la ignorancia, porque visibilizar haciendo luz es el primer paso
para transformar nuestra realidad.
A principios del siglo XX, los
masones discutían entre sí por obediencias, ritos, egos. Hoy, seguimos
divididos. Algunos trabajan por el hombre; otros por el aplauso o por
ostentarse vacuamente. Pero el R .∙.E .∙.A .∙. y A.∙. exhibe que, el único
adversario real es el ego. Que el Templo es uno, aunque los caminos sean
distintos. Que la verdad no tiene dueño, sino buscadores.
Antes fue entre escoceses y
yorkinos; ahora, entre reformadores y conservadores, entre regularidad y reconocimiento.
La mónita del Pr .∙. Gr .∙. exhibe que la Luz se despierta en el corazón del
iniciado. Y que ningún grado es mayor si no produce humildad para aplicar lo
aprendido en el servicio impersonal y devocional.
En 1921, la nación estaba
fragmentada. En 2025, también: no por guerras abiertas, sino por la
desconfianza, el individualismo, la deshumanización, la polarización provocada
por un régimen que ahoga la fraternidad y la solidaridad humanas. Nuestro deber es sanar, reconstruir,
reconciliar. Destilémonos en uno mismo hasta ser un bálsamo social, familiar,
político, espiritual e intelectual.
Después de una revolución
burguesa que se veía infructuosa, en 1921 muchos pensaban que México estaba
perdido. Hoy, algunos piensan lo mismo. Pero aquí estamos, 104 años después. Y
eso no es casualidad. Es constancia. Por ello, en nuestra Log .∙. el deber no
termina cuando se apagan las velas logiales a la Med .∙. en punto, sino que
permanece inmanente en nuestro ideal iniciático, se alimenta de nuestras
acciones en el mundo Prof .∙.; para resurgir cada miércoles, vivificándose
cuando volvemos a encender, una a una, con voluntad, las luces de nuestra Ara.
104 años de vida nos deben
representar constancia, discreción, fraternidad. Nuestra logia ha resistido
gobiernos hostiles, tiempos de persecución, divisiones internas, catástrofes, y
olvidos. Pero también ha producido hombres libres, pensamientos claros, y actos
de profunda humanidad.
No hemos sido perfectos. Pero
hemos sido fieles a nuestra Fe Mas .∙., intentando como dijo el prócer que es
nuestro egregor: “ser hombres en todo”. Y eso, para el masón, vale más que el
aplauso o la memoria.
Hagamos votos y esfuerzo
sostenido para que nuestra querida R.∙. L.∙. S.∙. “Melchor Ocampo 38” No. 17 siga existiendo
por muchos siglos más, porque Morelia, Michoacán, México y la humanidad entera
aún necesitan templos de pensamiento y talleres de conciencia.
Porque la historia es cíclica, pero la voluntad puede romper sus cadenas.
Honremos la memoria de quienes ya
no están físicamente, pero con quienes hoy estrecharemos eslabones en este
portal que abrimos con nuestros trabajos, por quienes hoy trabajamos y por
quienes algún día llegarán a nuestro templo, buscando la luz.
¡Salud, Fuerza y Unión, por la
Eternidad de nuestra Respetable Logia!
¡Cumplidas vuestras órdenes,
Venerable Maestro!
¡Es cuanto!
FRAT.∙.
“Labor Omnia Vincit”
Or.∙. de Morelia, a 25 de junio de 2025, E.∙. V.∙.
¡Es Cuanto!
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