La inspiración es rosa, trémula, candorosa, sugerente, y como tal, muestra sus encantos de manera inesperada. Recuerdo cuando escribí a pelo este poema en el modesto editor del blogger, cuando era mucho más inestable y muchas veces se perdían los posts. Si no me falla mi memoria, fue un 24 de septiembre de 2004 cuando perpetré este pasaje tan rosa.
Oh tórrida e inmaculada rosa
Yaces dentro del reposo del ayer.
Un libro, tu ataúd.
Una muerte, tu virtud.
Es el preámbulo del delirio,
es la suerte del destino,
seria impronta del vivir.
Es la esperanza del verdor perenne
la que plasma en las pupilas tu alegría,
que apacigua la más vieja herida
son dos alas que refulgen y conmueven
aunque mientras lacere la espina.
Es la promesa de un destino
es la suerte echada al viento
mientras tanto vueltas da al vacío
ese pétalo, esa espina, este pistilo,
cuando la magia del deseo se esfumó
Es trabajo ante la rosa de las rosas,
una, la que impone el Arquitecto,
otra, la que pule el labrador,
cual, será la gracia etérea,
la que plene un alma de candor?
Ese dia abrí, al alba de la campana
de Dolores, una puerta, un arcón
dentro un volumen del libro de mi vida,
donde aparece, yerta, gracil, tibia, tan sutil..
Viejo papel descascarado,
muerte, herrumbe y hiel plegada,
marcan el postrer suspiro omiso
mientras aparece una silueta barruntada
es un cuerpo, lindo, núbil, del rosal del paraíso
Oh, una rosa roja se prodiga sin dudarlo!
Bella, cómo no tomarla entre mis manos
límpida, tierna, se torna trémula en tal momento,
frágil, inmanente, inefable laudano,
el déja vu me vacunó
más nunca imaginé la intensidad de esa emoción.
Cuando cortas una rosa,
rompe en grana la mano,
aquella, ceñida al olvido vano
y el aire la ilusión desbroza.
A la que no mereces, no la cortas
y la que miras, no la tomas.
Una rosa, siendo libre, es trágica,
la belleza contemplativa abigarra las entrañas
mata el ego, el afán por poseer.
Lo sublime no conmueve mas
solo cuando la edad ha surcado tu corazón
abre hoy la vieja puerta
con llaves suaves, bella presencia
entra y se desliza ante ese altar,
sellado en siete sellos de inocencia
Es una suerte a ti implorarte
de rodillas ante tu diafana virtud
mientras entregas el máximo tesoro
cuando ninguna flor así merezco...
No se aún si tomarte,
mas espero hasta esta tarde
cuando se esclarezca mi presencia
Mientras te escribo y te adoro,
porque nunca habia tenido algo
Tan sublime entre mis brazos.
lunes, 17 de mayo de 2010
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