lunes, 24 de marzo de 2014

De la Corrupción a la Redención

 "Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre,
sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros
 y por todos los hombres para el perdón de los pecados.
 Haced esto en conmemoración mía”

 Plegaria Eucarística, Religión Católica.

 El epígrafe de este Traz:. reseña la manera en que la religión católica en su dogma y doctrina ha perseverado contra la corrupción de nuestra actitud y el error de nuestras acciones, llevando la capacidad de lavar los errores y otorgar perdón a las manos de Dios. Es así su redención dicotómica, en la que el hombre, por medio de algún pago a cambio está salvado, es decir, a partir de ese momento en comunión con la gracia divina; o todo lo contrario: sin pago sigue en pecado. El exilio, la extradición, la angustia, la persecución, el oprobio y la desgracia son parte de las consecuencias vividas del adeudo moral con la justicia divina.

Llegar a tener tales cuentas pendientes con el creador o con la ley de causa y efecto no es difícil en un mundo infestado de tentaciones e imperfecciones. La corrupción es el cáncer de Michoacán,  hoy el caos está dispuesto por toda la geografía estatal. Ésta no se combate con más policías ni con asistencialismo. Es un tema de fondo que requerirá un extraordinario esfuerzo sistémico de muy largo aliento y la intervención decidida de los masones para esparcir la verdad gnóstica por la faz de la entidad.

 Erradicar la corrupción lo han conseguido en buena medida naciones que han padecido adversidades muy intensas, siendo destruidas por guerras, hambrunas o catástrofes naturales, que les han permitido mensurar la imposibilidad de transitar el sendero hacia el desarrollo integral entre la corrupta niebla alimentada colectivamente.

 En estas sociedades, sus habitantes han entendido que no se puede seguir adelante sin eliminar todo acto corrupto de la vida pública y privada. Esto es, en sentido estricto, consecuencia de la educación recibida, de manera formal o informal, aprendiendo la razón colectiva a discernir asertivamente entre el bien y el mal, orientándose a elegir lo mejor.

 Lamentablemente, en una sociedad corrupta los procesos que orientan al ser humano hacia el bienestar y el desarrollo están pervertidos y llevan a los ciudadanos por caminos equivocados que incitan a resolver las vicisitudes de la vida con mecanismos ilegales y que transgreden los derechos de terceros. Así, se legitima de facto la corrupción actitudinal (la de la suma de conocimientos más emociones que nos hacen reaccionar), que se manifiesta de ingentes maneras por todo el entramado social y que se potencia en el sistema educativo por ser el modelador del ser humano y que se ha llenado de subsistemas y redes paralelas de corrupción que es necesario desenquistar a la brevedad.

 Lograr rescatar a Michoacán no será tarea sencilla. Considero el concepto pertinente es el de “redención”, que proviene del griego “lytro sis” o “apolytrosis”, que implica rescate (lytrusthai), adquisición (peripoiesis) o compra (agoradsein), conceptos ligados estrechamente con la idea judeocristiana de salvación; que puede ser entendido como rescate y compra de una mejor versión de nosotros mismos, ya sea por nuestra propia voluntad o por algún ser supremo de nuestra elección. Ya más próximamente a nuestro lenguaje, se entiende por redimir (del latín redímere, del prefijo re-, de nuevo, y émere, comprar).

  La redención es entonces librar a alguien de una mala situación o dolor, como la redención de los pecados. Es el rescate del que está cautivo pagando una cantidad por ello. Es asimismo volver a adquirir algo que se había perdido, conseguir mediante pago la libertad del esclavo o el cautivo y comprar de nuevo una cosa que se había vendido o empeñado. También es liberación de una obligación, un trabajo, una situación desfavorable o de un dolor, por ejemplo, los presos pueden conseguir la redención de sus penas colaborando en el trabajo de la cárcel. Es salvación y liberación del género humano que, según el cristianismo, hizo Jesucristo dando su vida en la cruz: la pasión y muerte de Cristo sirvió para la redención de los hombres, saldando la deuda del pecado original.

 Visto así, son redentores los grandes iniciados, el Héroe de Nocupétaro, los próceres independentistas, reformistas y revolucionarios, los ancianos de Fukushima, los mártires. ¿Son redentores los autodefensas?, ¿somos redentores los masones aquí presentes? Sólo la escritura objetiva de nuestras biografías lo dirá.

 Así entendida entonces en este contexto, la verdadera política es el arte de la redención, vista como servicio impersonal contra todo abuso del poder y de la pulsión de la dominación del hombre por el hombre.

 Con todo esto, ¿redimir vale la pena? En la respuesta a esa pregunta estriba la grandeza de Jesús el Cristo según la tradición cristiana. La religión católica considera que esta acción la hace Cristo por los demás, que él ofrenda su vida para que todos tengamos una segunda oportunidad. La católica es la religión de los regresos, de la eterna obtención de perdón sin necesariamente pagar el precio por lograr, más allá del arrepentimiento sincero. Redención es aquella transacción que a cambio del sufrimiento intrínseco a la Pasión de Cristo nos compra para Dios.El predicador calvinista Spurgeon (1858) señaló que la redención es comprensible y mensurable por cinco factores, a saber:

 I.          Por nuestros propios pecados.
II.         Por la severidad de la justicia divina.
III.        Por el precio que Cristo pagó.
IV.        Por la liberación efectuada.
V.         Por el alcance del rescate de muchos.

Estos puntos evidentemente no están sujetos a una interpretación dogmática, ya que pueden ser perfectamente entendidos desde las enseñanzas de nuestra Or:. como el monto de karma que hemos acumulado; por la misma naturaleza inexorable de la Ley de Causa y Efecto; por el precio a pagar por tal redención;  por la magnitud de la liberación que implica esta transformación de un ser humano extraviado y por supuesto, en virtud del impacto que tendrá tal redención en el desarrollo de la humanidad (¿qué tanto puede valer y servir nuestra existencia?).

 Lo único que requiere el mal para avanzar en Michoacán es que la gente buena no haga nada en su contra y hasta ahora ha contado con ello mayormente. La corrupción ha invadido las células más preciadas de nuestro organismo, acercándose peligrosamente incluso a nuestro Sancta Sanctorum: nuestra conciencia. Por ello, debemos barrer de ella con todo germen corrupto, debemos de dejar de lado todo aquello que nos ha estado haciendo daño, que nos pervierte, contamina e impide transitar hacia la luz. Requerimos estar en el aquí y ahora limpiando todo aquello que nos ha hecho daño, lo que nos lastima, nos impide crecer; en suma: nuestros vicios e imperfecciones, ante los cuales debemos ejercitar su combate franco en nuestro interior.

La Mas:., como escuela de virtudes, como transformadora de derrotas biográficas en victorias sistémicas, tiene mucho que aportar en los altos objetivos que recientemente se han propuesto los sectores más progresistas de la sociedad, del empresariado y de los tres órdenes de gobierno, que es restablecer la paz en Michoacán, reconstruir el tejido social y recobrar la senda del desarrollo integral estatal. Retomar con entusiasmo, avidez y devoción el sendero de la redención de nuestras biografías no es sencillo, requiere forzosamente un mea culpa. Pero requerimos también penetrar en el alma humana para poder alcanzar un elevado desarrollo interior.  Requerimos modelos, pero también ser capaces de discernir entre lo bueno y lo malo, entre lo trascendente y entre lo efímero.

 Para lograr redimir a alguien o a nosotros mismos, no basta ser buena persona, es necesario ser consciente. No basta tener algunas virtudes, sino lograr elegir de nuestro arsenal cuál es el mejor regalo que podemos realizar a quien tenemos enfrente. Particularmente deberemos de dejar de presenciar pasivamente y de ser partícipes de actos violentos, derrocar a la costumbre y cuestionarnos nuestros hábitos.

Los liberales de hoy debemos exhortarnos mutuamente a que no nos muramos con nuestros muertos, redimámonos en el más literal del significado etimológico de la palabra y volvamos a comprar una mejor versión de nosotros mismos, intercambiando lo que somos hoy para ser lo que aspiramos mañana. Por supuesto, ello entraña estar totalmente dispuestos, en libertador acto,  a pagar el precio de tal metamorfosis, en donde habrá de quedarse atrás el capullo que hemos construido para dormitar entre la seda.

La salvación en la religión católica implica recibir la gracia divina; en la Pr:. Cam:. del R:. E:. A:. y A:. es abrir los ojos hacia la luz en humilde reconocimiento de nuestras imperfecciones, para poder dedicarse al trabajo productivo, particularmente al desbaste de la P:. B:., despertando el sentimiento de la propia dignidad, conociendo lo que debemos al G:.A:.D:.U:., a nuestros semejantes y a nosotros mismos, y al estudio y búsqueda de la verdad, libres de preocupaciones, para que con con nuestra ejemplaridad seamos y convenzamos a los mejores hombres a seguir el sendero de la Luz e ingresar a la Or:.

El masón michoacano contemporáneo debe de ser aquel árbol frondoso y fuerte que brinda sombra, frutos y cobijo a todos, no estamos para estar esperando que se nos apoye. ¿Hasta dónde seremos capaces de dar por los demás y de servir en nuestro sendero biográfico? ¿Estamos preparados para transitar de la corrupción a la redención propia y colectiva?
Or:. de Morelia, a 19 de marzo de 2014, E;. V:.
Frat:.
MDP

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