Todos ellos nos sugieren un conjunto de posibilidades, que estimulan al estudio, a la reflexión, y a la más intensa vivencia espiritual. Miles de horas, miles de páginas, han dedicado los masones en cada generación, para escudriñar las alternativas y variables de interpretación, que proponen los distintos componentes del Templo. Ello ha implicado desde el principio de lo tiempos el cumplimiento del axioma que enuncia que a mayor conocimiento, mayor responsabilidad. No en vano, en su parábola de los talentos, Jesús el Cristo se expresaba en sentido de que quien ha servido bien en lo pequeño, accederá a que se le otorgue algo mayor. Todo el conocimiento recibido durante tanto tiempo por los miembros de esta primera cámara conlleva una responsabilidad adicional.
Es en ese tenor que en el mundo profano se echa de ver la acción clara, pronta y expedita de ese grupo de constructores y profesionales libres que viajaban por el mundo elaborando obras que el resto de la humanidad no podía realizar. Es este, en el arribo de la tercera revolución industrial, el momento de ingresar de manera decidida a la realización de obras magnas que verán nuestros descendientes y disfrutarán, en concordia, de los frutos de sus hermanos predecesores que buscaron a toda costa el progreso del género humano.
Es entonces cuando surge la pregunta: ¿De qué depende la realización de obras que en verdad modifiquen la estructura de una logia de hombres libres y de buenas costumbres en sentido que permita su crecimiento a plenitud y conlleve un aprovechamiento adecuado y democrático de los bienes comunes que todos ponemos a disposición de la voluntad del G:.A:.D:.U:.?
En función de la respuesta a tal interrogante encontraremos diferentes posturas, pero a menos de que en definitiva se esté buscando trascendencia en un lugar donde no se le obtendrá, se deberá realizar, acorde con los tiempos, una visión que permita transformar al mundo. Los masones debemos de construir pensamientos provocadores de visiones de una realidad transformada, a menos que queramos conformarnos con asistir a efectuar rituales y no eslabonar la cadena el resto del tiempo que existimos,
Paralelamente, el desarrollo masónico es cuestión de asociatividad, de conciencia, de interés en trabajar en bien de la humanidad, y de los que nos rodean en particular. La naturaleza, al ser hombres nos tiene ganada la guerra, es en virtud de tal situación que nuestros ancestros comenzaron a asociarse, para preservar la especie. Hoy, con nuestras necesidades básicas resueltas, la humanidad está muy lejos de haber dominado a la naturaleza. Por tal motivo, disgregarnos sería un grave error. Es necesario más que nunca, en este entorno entrópico y complejo, buscar mecanismos de interacción que nos permitan colaborar de manera más organizada entre nosotros en la búsqueda de alcanzar nuestros sublimes y ancestrales ideales. Nuestra supervivencia y bienestar nunca ha sido un problema nuevo, ha existido siempre pero nunca se ha tratado de otra manera.
Es necesario romper con paradigmas oscurantistas y verticalistas, retornando a la esencia de la labor coordinada entre nosotros, funcionando de manera integral y holística a la vez, erradicando los cotos de poder y buscando generar en verdad, un taller masónico del cual surjan productos palpables ante los ojos de los profanos, como aquella luz que alguna vez impregnó la antorcha de Prometeo.
Es necesario preocuparnos por hacer crecer nuestro nivel de organización, y retomar el trabajo individual en el sentido de que a medida que nuestros pasos en los senderos espirituales llegan a cierto punto en el camino de la evolución se nos otorgan nuevos recursos para acelerar su crecimiento y conciencia. En ese punto, de manera individual y pensando en grupo como una sola célula, cada quien tiene que confiar seriamente en sus sentimientos y corazón el elevar su capacidad individual para disolver las causas invisibles de limitación, mala salud, discordia o cualquier cosa en este mundo que sea inferior a lo que está alguien destinado a obtener.
Sin embargo, con este poder y comprensión del uso de lo aprendido en esta logia, viene una responsabilidad adicional: la de que el aprendiz o la logia en pleno estemos siempre alertas y no permitamos que ningún visitante inferior a la perfección se asiente en nuestra conciencia. Dondequiera que ésta se vea confrontada con resentimiento, crítica, odio o acusaciones falsas, hay que disolver la apariencia de inmediato, mediante la contemplación de la esencia divina dentro del individuo ofensor, y con ello sus sentimientos permanecerán armoniosos y estará en comando de todas las actividades que tienen lugar en sí, a través suyo y a su alrededor.
Es con este poder interno, como grupo unido que podremos afrontar los problemas que plantea la vida diaria, y poder levantar el rostro del camino diario para poder esbozar los templos que se elevaran entre las miasmas de nuestros vicios e imperfecciones.
Finalmente, QQ:.HH:. todos, esperemos que todos nosotros, en tal sendero y en esta ceremonia llena de luz, estemos siempre conscientes de los esfuerzos de los amados hermanos en cuanto a servir, cada uno a su manera; y cuando alguno de nosotros brinde sus más sinceros y desinteresados trabajos en beneficio del bienestar futuro de nuestra bienamada Logia, nadie camine solo, y que sea sostenido con nuestra conciencia grupal y sea bendecido por todos nosotros en esta Ara en que nos iniciamos.
Or:. de Morelia, Michoacán, a 17 de octubre de 2009, E:.V:.
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