El extraño caso del Cuache
Pelé
La palabra cuache es un
americanismo, especialmente empleado en Guatemala, para referirse a un hermano
mellizo, es decir, uno de los paridos en el mismo parto. Es parecido a cuate, que se usa en
México.
Así tal cual, derivado del fallecimiento de Edson Arantes Do Nascimento, alias “Pelé”
(1940-2022) parece ser que le surgió un cuache: un Q:. H:. gemelo y homónimo,
iniciado masónicamente en el Sistema York y fallecido bajo la gracia de su supuesta
Fe Masónica.
Responsablemente, ya hubo Qq:. Hh:.
brasileños quienes desmintieron la falsa nota, como se ilustra a continuación:
Fuente: Cuenta de Instagram de
Lojamaconicaabraao (2022)
Empero, circuló ampliamente la noticia falsa en el mundillo masónico. No faltaron
quienes se condolieron, quienes exaltaron su vida y obra y dieron tratamiento
fúnebre al Cuache. La inercia y la buena voluntad a veces nos hacen
asumir como ciertas las circunstancias que se nos brindan como si fueran
evidencia. “Lo que se ve no se pregunta”, decía un cantante popular de
baja formación académica. Así, consumimos golosinas visuales, tragando sin
masticar ni digerir.
Más triste fue que muchos hermanos,
además de condolerse, se dieron a la tarea de proclamar a los cuatro vientos el
carácter de supuesto iniciado del profano Edson Arantes, ya tratando de
elucubrar vinculaciones entre su biografía y la pertenencia a la orden. Si
bien, como cualquier ser humano de bien que parte de este plano existencial se
debe de mostrar respeto al fallecido y condolencias, no se vale apropiarse de
sus méritos para emplearlos cual miel para atraer curiosos y adeptos.
Seguramente, tuvo al mundo a sus
pies, habrá recibido toda suerte de invitaciones para ingresar a cuanta orden,
secta, religión, cámara u organización que tuvo a bien intentar apropiarse de
su imagen para legitimarse y publicitarse. Es penoso no dar luz y pretender
apropiarse de la ajena; mucho más aún, de la de un fallecido.
No olvidemos que, la ensoñación
que produce el trabajo ajeno se disipa cuando el burilado interno es efectivo. Meditemos:
¿Cuál es el origen de esa obsesión por
colgarse de las biografías brillantes de las personalidades más destacadas, sean
o no iniciados? ¿Por qué asirse de los logros ajenos para nutrir falazmente el egregor
masónico en la actualidad? ¿Acaso no podemos dar más de nosotros mismos y
tenemos que apropiarnos de las personalidades exitosas?
El problema es mucho más grande.
El extraño caso del Cuache Pelé es solamente la punta de un icéberg
inmenso: el tráfico de influencias, filiación, membresía y grados; tanto en
vida como póstumamente. Visibilizar la problemática me parece un acto
instructivo y que abona a la construcción de soluciones al respecto, buscando
que el orden prevalezca sobre el caos.
Ya en más de algún país
latinoamericano en desarrollo y con veleidosos liderazgos tóxicos, ha habido hermanos
tan empoderados como extraviados, quienes han intentado arrogarse la vida y
obra de personajes célebres, así como han dado testimonio de que algún político
destacado es Mas:., incluso endilgándole altos grados. Peor aún, se les han concedido
los pináculos de las graduaciones en el Simb:. y del Fil:., de manera servil y
genuflexa.
Por supuesto, lo que se recibe
sin conciencia y sin gratitud, a sabiendas de que es un trueque de oropeles simbólicos
inmerecidos por favores laborales, políticos, empresariales y económicos es completamente
despreciado. Por ello, después niegan esos personajes su supuesta filiación,
fraternizar con quien se intenta identificar como tal, combaten la modificación
abusiva de sus biografías y hasta sus deudos repudian el embadurnamiento de un
supuesto masonismo inexistente. Evitemos esas reducciones al absurdo.
Construyamos la mejor versión
posible de nosotros mismos, seamos ejemplo. Pero nunca será bueno plagiar
biografías para engrandecer una ya de por sí, infusa y contrapunteada historia
de nuestra sociedad iniciática
En nuestras filas militan grandes
seres humanos, excelentes padres y madres de familia, jóvenes ejemplares,
líderes natos y autoconstruidos, profesionistas, deportistas, políticos y personas
de bien. El ejemplo es nuestra mejor carta de recomendación y da testimonio
viviente de nuestra vocación albañilesca, constructora y humanista.
Por supuesto: cuestionemos y
repudiemos a quienes intentan insertarnos cuaches entre nuestras filas,
así sean jerarcas; es un desprecio por la militancia activa, por la formación de
quienes trabajamos a cal y canto y somos lo que hay: los obreros seculares de
un ideal perenne.
Por cierto, sin emplear la duda
filosófica del Pr:. Gr:. se antoja prácticamente imposible recorrer la escalera
Mas:. y resulta ocioso autodenominarse filósofo. Verificar evidencias de lo que
se nos intenta presentar como realidad distingue al ingenuo del aprendiz de
iniciado.
Or:. de Morelia, Michoacán de Ocampo,
México.
A 30 de diciembre de 2022, E:.
V:.
Fraternalmente,
Masón de Pants.
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