domingo, 15 de noviembre de 2009

La Dignidad

Me quiebro, pero no me doblo.
Melchor Ocampo

La palabra dignidad proviene del latín “dignatas-atis” que puede traducirse como excelencia o realce. También se dice que proviene de “dignus”, que se puede entender como valor, realeza, o jerarquía.

La dignidad, entonces, implica que exista una tendencia hacia ser mejor. Cuando hay perfecciones en sí mismo, cuando hay cualidades del ser, lo cual nos hace buenos, existe la dignidad en nosotros.

Cuando por adaptarnos permitimos la pérdida de la dignidad, en franco mercantilismo de la misma, de inasertividad, de una malentendida intolerancia, indulgencia o incluso estulticia, nos habituamos tanto a la explotación y al abuso que nos alienamos, en palabras de Marx, de la realidad en la que viven.

Lograr establecer conciencia de tal manipulación es un trabajo arduo que debe realizar el aprendiz masón, ya que cuando somos inasertivos, nos acostumbramos tanto a las injusticias de los otros que ya no sentimos malestar e inclusive podemos percibir los abusos como normales. El Síndrome de Estocolmo en primera persona.

Por ende, hay que demostrar en el mundo profano, en nuestro entorno familiar, la gran importancia de saberse tratados con dignidad, y tratar a los demás de la misma manera.

Encontrar la dignidad personal es materia del grado de Aprendiz, esa dignidad que ha sido expoliada secularmente, en donde innumerables arbitrariedades se han dado en este tenor, pero que nosotros debemos de desbastar adecuadamente.

Una propuesta para entender de dicha manera la mónita del grado entonces puede desglosarse así:

Generación y no Creación. Virilidad (VIRTUD) como causa de la generación (A ESTUDIARSE DESPUÈS)
Los trabajos tienen por objeto sembrar la duda filosófica en el espíritu (CONCIENCIA) del iniciado, haciéndole tocar con el dedo (HUMILDAD) la esclavitud (INCONGRUENCIA, HUMILLACIÓN) en que ha vivido, despertando en su corazón el sentimiento de su propia DIGNIDAD, e impulsándolo al estudio de la verdad( VERDAD GNOSTICA) , libre de preocupaciones (PAZ).
Recordemos siempre que el empleo o utilización de las virtudes propias o ajenas, estriba el tratamiento digno que se les brinda a los demás seres y cosas. Vista así, la pérdida de la dignidad consiste en la utilización de algo/alguien para un fin determinado por una utilización incongruente de sí mismo, voluntaria o involuntaria. O por imposición de alguna finalidad, ya sea desconocida o conocida, en perverso trueque moral.

Así, hemos llegado a la conclusión de que la dignidad se olvida mediante el ejercicio de la incongruencia.

Entonces, etimológicamente, la pérdida de nuestros activos más fuertes (virtudes), que ocurre cuando dilapidamos nuestras oportunidades de emplearlos adecuadamente (congruencia) nos lleva a perder nuestra excelencia o realce propio (dignidad), ante nosotros mismos (conciencia) y ante los demás.

En línea con lo anterior, hay quien dice que “la dignidad es lo último que se pierde”. En efecto, se requiere perder todo lo demás para quedar sin dignidad alguna: valores, virtudes, congruencia, conciencia, etc.

En la masonería, en el R:.E:.A:. y A:., desde el Gr:. de Apr:. existen los dignatarios (las tres luces) quienes deben de ostentar una dignidad basada en la suma de lo anterior. Flaco favor hace a la Or:., aquél que se sienta entronizado y es incapaz de sustentar la dignidad que per se conlleva tal acto, siendo que sus actos Pprof:. y Mmas:. no avalan tal característica.

Asimismo, en el mundo profano, el poder que confiere el género, la edad, un título universitario, el status económico, político, religioso, no debe confundirse con dignidad indiscriminadamente.

Hay casos incluso dentro de la masonería donde algún anciano se erige como un tirano solazándose en esa confusión que permea los ánimos de los QQ:.H:., quienes presas de inasertividad resuelven darle la razón a la “dignidad” senil –porque así se los enseñaron desde niños- a cambio de pisotear sus juramentos y de permitir atrocidades inaceptables en su casa o familia.

Recordemos que el respeto a la dignidad de las personas es el límite del poder. Es por eso que desde esta premisa, es importante conocer qué es la dignidad humana.

No olvidemos que la dignidad toma tiempo recobrarse . Y respetarnos mutuamente mantiene a cubierto la dignidad de los interlocutores. Esperemos que esa asertividad tan necesaria para el ejercicio adecuado de la dignidad se desarrolle en nosotros con la premura que lo exigen nuestros tiempos y condiciones.

Or:. de___, noviembre de 2009, E:.V:.

Frat:.

Masón de Pants,

Es Cuanto

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